Eso es lo que le ha pasado a un amigo, ayer le dieron SENTENCIA DE MUERTE, y eso duele mucho, no solo al afectado, no solo a su familia, nos duele a todos sus amigos.
No ha cometido ningún delito, tampoco ha realizado ningún pecado para merecer una sentencia tan cruel que le ha dictado la vida.
Ese Juez llamado VIDA, que es insobornable y que no se le puede implorar ha tomado ya su decisión, usted ha sido juzgado, no existen motivos, le ha tocado y esta es mi sentencia.
Un médico se la ha transmitido, amigo te ha tocado, esto no tiene cura y en pocos meses verás el final.
La Muerte vendrá a llevárselo, sin tener en cuenta ninguna apelación, ni los informes de buena conducta presentados.
Y es que la vida es así de dura, y el que no lo sepa por falta de experiencia, que se vaya aplicando el cuento, bueno es saberlo.
Cuando eres niño, no sabes nada de la muerte, todavía estás aprendiendo lo que es la vida.
Cuando eres joven, estás viviendo la vida tan intensamente que no te interesa saber nada de la muerte.
Cuando eres ADULTO con mayúsculas, ya has visto tanta muerte a tu alrededor que te das cuenta de lo importante que es la vida y lo necesario que es vivirla en toda su plenitud.
Cuando se llega a VIEJO con mayúsculas muy grandes, y hablo por lo que me han contado mis mayores, ya no piensas más en la vida, estás en espera de que llegue la muerte, sin sentir ningún miedo, ya con esas edades, sabes lo que ha hecho con amigos y familiares
No es para ponerse triste, simplemente para tener unas cuantas horas de meditación e intentar recobrar el camino de vivir la vida plenamente que a veces perdernos por diversas banalidades y es que cuando te descuidas, tienes acechando a la muerte.
Sé que mi amigo no me lee, y por eso me expreso sin vergüenza, sin pena, porque lo peor que le podríamos transmitir todos los que le queremos es eso, pena y vergüenza.
Simplemente estaremos cerca, más cerca que nunca y que ojala ese momento anunciado de su SENTENCIA tenga aplazamientos o surja el milagro por todos deseado.
La vida sigue y no se para el mundo por nadie, hoy de nuevo ante mi blog, con mejor ánimo y pensando en realizar la actividad de ocio que más me gusta, luego a dar una vuelta con la familia y disfrutar de la vida.
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La vida pasa para todos senovilla. Yo he tenido amigos a los que un día saludé y al otro perdían la vida en la carretera. Es muy duro ver morir a un amigo, pero lo es mucho más cuando te das cuenta de lo cercana que es realmente la muerte.
ResponderEliminarHay que intentar que estos meses (que esperemos que sean muchos) sean lo más placenteros posibles. Y no os olvidéis de la familia, pero ellos...ellos lo pasarán muy muy mal.
Un saludo y un gracias.
Hablas de etapas vitales.
ResponderEliminarTodos mereceríamos completarlas; parece que duele menos cuando se han completado.
La muerte, la muerte, de difícil catalogación, de dura admisión, de tremendo dolor. Dices que a tu amigo le aplican pena de muerte, desgraciadamente así es la vida, vives para morir, lo sabemos seguro. Pero no todos tienen, tenemos “la suerte” de saber cuando viene por ti. Para poner tus cosas en orden, recomponer tus errores, pedir tus perdones o despedirte de los tuyos.
ResponderEliminarA mi casa llamo un día la muerte, traicionera, con alevosía, taciturna, nocturna, cuando todos dormimos, sobresaltándonos, a las 4 de la mañana, hace cuatro años. Una llamada de teléfono, maldita llamada, se llevo a mi hijo, 23 años, ¡que injusta!, ni pudimos despedirnos.
Solo cuando lo vi, ya frio, pude despedirme ¡buen viaje hijo mío!, ¡cuida de mama y tus hermanos!. Algún día estaré con el, espero que me avise la muerte, que sepa mi condena, para despedirme de los míos y ellos también se despidan.
Avisando o no, que cruel es la muerte.
Un abrazo amigo
No tengo comentarios al respecto, pero quiero decir que la manera con que has expresado la muerte me ha llegado realmente muy profundo, una sintesis pura y dura.
ResponderEliminarSaludos.
Darkmanburt, qué decirte, eso digo a mis amigos que pierden a sus hijos, qué decirte?, nada, solo acompañarte.
ResponderEliminarJosé, mi abuela me enseñó a no tomar la muerte como un paso definitivo a no vernos más, me dijo que siempre estaría conmigo y sabes qué ante situaciones que no puedo dominar con mi cerebro y alma, hablo con ella.
besos
Yo he estado de copas con la mismísima MUERTE cuando tenia 22 años pero no me emborrache del todo y supe regresar a casa de nuevo. No se cuando la volveré a ver pero... Viviré intensamente hasta que nos volvamos a tomar algo.
ResponderEliminarNo hay mucho más que añadir, solo un abrazo a tu amigo, a su familia y a sus amigos, a lo mejor sentirnos más humanos nos ayuda en este triste camino...
ResponderEliminarNacemos para morir, que más se puede decir.
ResponderEliminarNo temo a la muerte, pero sí le temo y mucho a la forma en que me llegará, pero lo que más temo es que le llegue antes a quienes quiero, como le ha pasado a darkmanburt.
Como dicen en Portugal: disfruta de la vida porque vas a estar mucho tiempo muerto.