Quiero dedicar este post brindando con mi amigo Javier por un lado, ya que ha conseguido un destacado y merecido puesto en un concurso blogosférico.
También se lo dedico a todos aquellos que conservan siempre su orgullo personal siempre con la cabeza bien alta.
Muchos habrán oído alguna vez el dicho de “Tener más Orgullo que D. Rodrigo en la Horca”.
Trata sobre la actitud que muchas personas adoptan ante esas circunstancias que le son adversas en la vida pero mantienen siempre de forma inquebrantable su orgullo personal.
Y es que esta frase tiene su origen en la historia, la historia de un noble caballero, D. Rodrigo Calderón que fue Conde de la Oliva de Plasencia y Marques de Siete Iglesias.
D. Rodrigo toda su vida fue un hombre activo, ambicioso y muchas veces considerado personaje sin escrúpulos, pero llegó al alto honor de ser secretario del mismísimo Rey Felipe III siendo su protegido.
Era una persona que día a día contaba con más y más enemigos, que le odiaban y buscaban ese momento para destruir a D. Rodrigo.
Durante toda su vida D. Rodrigo tuvo que sufrir un sinfín de adversidades y acusaciones, sobre todo a la muerte del Rey Felipe III y el ascenso al trono de Felipe IV, fue ese el momento decisivo para que esos enemigos que tanto le odiaban hiciesen imposible la vida de D. Rodrigo.
Se le acusó de envenenar a la Reina Margarita (mujer que simplemente murió en un parto) usando brujería y por fin sus enemigos consiguieron que al final se le condenase a la muerte en el cadalso.
Fue arrestado el día 7 de enero de 1621, dónde como era la costumbre de la época, se le torturó salvajemente para conseguir que confesase los cargos que contra él se vertían.
Y cuándo le notificaron la noticia de su sentencia de muerte, dicen que la asumió con una gran entereza y que a la hora de su ejecución, subió al cadalso con la cabeza bien alta y abrazó a su verdugo pronunciando el nombre de Jesús.
Un hombre a tener en cuenta en nuestra historia, llegó a lo máximo siendo el valido de un Rey, que era el puesto de mayor confianza que tenía un monarca pero terminó decapitado con otro Rey sirviendo de chivo expiatorio para apaciguar las voces del pueblo que eran manipuladas por sus enemigos.
Si alguna vez escuchan que alguien dice de ustedes que:
“Tiene más Orgullo que D. Rodrigo en la Horca”.
Siéntase Orgulloso de tener Orgullo, sin duda es una gran virtud y muestra la entereza y valía de su persona, sobre todo en un país que está en crisis.
Orgullosa de terner el orgullo de presumir de aquellos que como tú me acompañan en la red de las redes.
ResponderEliminarMe gusta tu alternativa al poemario.
Un beso.
Gracias Akua un abrazo.
ResponderEliminarUna historia que me ha gustado mucho.
ResponderEliminarAbrazo
Pues no conocía esta historia que nos cuentas de este D. Rodrigo.
ResponderEliminarAunque a veces nuestro orgullo nos condena a dejar seres queridos, nuestro orgullo que se sobrepone al amor,orgullo que algunas veces es mejor dejar de lado y pedir perdón. Lo que no se debe perder nunca es la dignidad aunque nuestro orgullo se haya ido al garete.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola,
ResponderEliminarEn este caso el orgullo le dejó sin cabeza y defendiendo su palabra...
Abrazos : )
Pues nunca había escuchado ese dicho. Lo anoto en mi colección.
ResponderEliminarNo sé yo si el orgullo es siempre buen compañero de viaje. Tengo serias dudas.
Besucos.
Yo tampoco conocía esa historia. Gracias por compartirla
ResponderEliminarUn rampyabrazo.
Yo me siento orgulloso de tener orgullo sobretodo cuando ese orgullo me posibilita avanzar en la vida como persona...Gran post amigo...un abrazo...
ResponderEliminarMenudo cambio de cara que ha pegado el blog!!! Te felicito. He pasado unos días out. Un abrazo, SENOVILLA.
ResponderEliminarHoy he aprendido algo nuevo, gracias!
ResponderEliminarMuy interesante la historia debo meditarla un poco porque soy humilde por de màs y una inyecciòn de orgullo me vendrìa bien.
Que tengas un lindo Martes. Besos
Solo puedo decir que estoy orgullosos de sus comentarios y que hoy he publicado otro post aclarando valores sobre el orgullo.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias.
La historia tiene un gran amigo en este rincón de Pensamientos y los demás tenemos un lugar de refugio.
ResponderEliminarUn abrazo
"(...)como era la costumbre de la época (...)"
ResponderEliminarEsta frase es un poco desafortunada, que se aplique la tortura, por muy mal que esté, no lo convierte en una costumbre. Además, torturas hay en todas las épocas.