Libertad, Política y Convivencia

Presumimos de Libertad y nos creemos más libres cuanto más avanzado económica y culturalmente es el país en el que vivimos.

Pero como todo en la vida, esta libertad es totalmente relativa, ¿somos más libres porque otros carecen de libertad? y en esta comparación apreciamos aún más lo que ellos no tienen y/o a nosotros nos sobra o simplemente ¿somos más libres porque ya pagamos una servidumbre económica por ella? y no tenemos más obligaciones que las que voluntariamente deseamos aportar de más.

Nació así la política económica que ya tiene muchos milenios, existió y existe en cualquier civilización conocida y por conocer.

Usted es libre, trabaja y aporta una servidumbre económica a base de impuestos, para que los políticos en sus presupuestos del Estado doten de partidas pecuniaria a algo que muchos denominan Convivencia Social.

Antiguamente esta servidumbre, para los pocos que tenían libertad, consistía en pagar al recaudador para mantener un ejército que asegurase un reino de aquellos enemigos que por cierto eran siempre muchos.

Más adelante, estos impuestos se fueron aumentando para que hubiera mejores fortalezas, grandes catedrales, mejores caminos y accesos.

Más guerras, más servicios, nuevos hospitales, mejores bibliotecas, colegios, al final más impuestos que se iban repartiendo en partidas económicas para que nuestra Convivencia Social nos proporcionase un bienestar social.

La política económica es la parte más fuerte de un partido político y su buen hacer en ella, hará que gane o pierda el poder de Gobernar un país.

Cada vez son más las servidumbres económicas que se exigen al ciudadano, haciendo que esa famosa libertad de la que se presume, esta se convierta en una ligera esclavitud, que se sobrelleva bien si existe una Convivencia Social generosa, que aporte aún más y mejor bienestar social.

En tiempos de crisis, se habla mucho de libertad, de política y de Convivencia, quizá sea por el fracaso de unas gestiones económicas decadentes, por no entender qué es la libertad y por no mejorar la convivencia.

Pagamos impuestos y exigimos que se mejore la convivencia social, con mejores carreteras, mejores colegios, grandes hospitales, buenos científicos y es cierto que parte de esta servidumbre que nos exigen los gobiernos va con ese sentido tan fabuloso que nos deja como premio un bienestar social.

El problema surge, siempre en mi humilde opinión, cuando en esta ecuación de Libertad, Política y Convivencia,  intervienen los ideales y  se olvidan las matemáticas.

Si por algunos fuera, la mejor manera de arreglar este mundo sería que los más ricos ya no crecieran más y se quedasen estancados unas cuantas décadas y así dar un empujón a los que nada tienen para que todos se pongan a un mismo nivel.

Ojalá fuera así, pero no lo será nunca, es el mundo de los ideales y las utopías.

Y los ideales son los que han entrado en una ecuación imposible con libertad, política y convivencia, pagamos impuestos en forma de servidumbre obligada para que nuestra política nos dote de una convivencia social y vecinal llena de bienestar y sin que nos agobien con los problemas de los demás.

Hemos de entender a los que piensan de una forma y a los que lo hacen de otra, todos llevan su parte de razón, pero las matemáticas son lo único que debe manejar la política económica.

Vemos con tristeza que esta crisis que nos han vendido, no sólo es económica, es también social y de convivencia, para algunos su propia convivencia, para otros la de los demás.

Los políticos han suspendido en economía por no saber que tiene que haber poca diferencia entre el debe y el haber de unas cuentas que son el sudor y trabajo de millones de ciudadanos.

Los ciudadanos presumen de una libertad que cada vez está más menguada por la sutileza de los ideales, que no dejan de ser sueños de buenas intenciones sociales, pero que mal entendidas y siempre mal atendidas, causan mayores problemas  futuros y coartarán aún más nuestra libertad.

La convivencia, dentro del orden legal, dotada de aportes y partidas económicas, es por desgracia una hucha sin fondo, dónde los ideales sociales han pensado que pueden gastar sin descanso y que el ciudadano puede asumir cualquier impuesto que se le imponga, es la servidumbre que debe pagar por su bienestar según quién gobierne.

Algún día los políticos serán buenos políticos, sabrán que el ciudadano puede y debe ser libre, dispuesto a pagar una servidumbre, esa que exige la Convivencia y mejorará de su bienestar social para disfrutar plenamente, sin problemas ideológicos, culturales o religiosos.

Y los ideales y tan buenos corazones que hay en todos los rincones de este mundo, entenderán algún día que la Solidaridad y la Convivencia tiene un precio y que al final de año, en los presupuestos de un Estado el debe y el haber no pueden permitirse el lujo de crear una crisis económica, social y moral en su pueblo.

Un buen político, no es el que antepone los ideales a la libertad y a la convivencia, el buen político es aquel que aboga por la libertad y un país en convivencia, solucionando con matemáticas y no con buen corazón y millones de euros en deuda, nuestra singular forma de entender el bienestar.

¿Conocen a algún político español con estas características?, si es así, voten a ese hombre y olviden a los que de matemáticas no tienen ni idea, anteponiendo la ideología a la libertad y la convivencia.

Hablar de Convivencia será muy fácil, el día 8 de Octubre del 2.010 todos tienen la oportunidad de hacerlo y todos nosotros la oportunidad de exponer con plena libertad lo que pensamos de la Convivencia, hoy quise hablar de Convivencia para que ustedes se animen a opinar, no en un comentario, no en un debate, PARTICIPEN EN LA INICIATIVA CONVIVENCIA.

Y si lo hacen, encontrarán que Rayajos en el Aire puede llegar siempre a sorprenderles, por ser uno de esos blogs tan relevantes en la Red.

Tomen siempre con humor tanta provocación que lanzamos en este rincón para que usted participe en esta iniciativa que ya está haciendo historia, nuestra historia.