Cuando dos hermanos en la Edad Media se disputaban la herencia no quedaba otra salida que la guerra, así sucedía en aquellos tiempos y así sigue sucediendo por desgracia actualmente y es que respetar lo testado no entra en el talante de las miserias del ser humano.
Nuestro héroe El Cid Campeador tenía una importante misión encomendada por Al-Mutamin y fue enviado a los territorios que conformaban la frontera de Lérida en el verano del año 1.082 para asegurar la fidelidad de todas esas plazas tan importantes para la defensa de la taifa de Zaragoza.
En esta marcha bélica la ocasión la pintaban calva y en su trayecto se encontró con el ejercito de Sancho Ramirez el rey de Aragón que también pugnaba por ampliar su reino, pero esta vez no hubo batalla alguna, por un lado Sancho tuvo la prudencia de no buscar más problemas allá dónde no los necesitaba y el de Vivar no había llegado para entablar una guerra no deseada, su misión eran los intereses de la taifa de Zaragoza y Monzón era la primera meta.
En Monzón, el Campeador consiguió garantizar una plaza leal a Zaragoza y ahora su camino era Tamarite de Litera que también confirmó su lealtad, demostrando que el Cid además de un gran guerrero era un perfecto negociador.
Ya en Almenar y conseguida también su fidelidad, allí dejó una guarnición de guerreros, pues el enclave era un punto importante de defensa y prosiguió su andadura por toda la frontera añadiendo pueblos y castillos a la fidelidad de Al-Mutamin.
Pero el hermano en disputa Al-Mundir estaba ya dispuesto con su ejército y los apoyos de Barcelona y Cerdeña para lanzarse al ataque de sus intereses que pasaban por conquistar Almenar.
Tuvo suerte en un principio Al-Mundir, pues el Mío Cid se encontraba bastante alejado, andaba en el castillo del Escarp cumpliendo escrupulosamente su misión cuando recibió noticias del asedio de Almenar y que la situación se convertía en insostenible para sus hombres pues la escasez del agua comenzaba a hacer extragos.
Ya les comenté anteriormente que el Cid nunca abandonaba a los suyos y allí en esa plaza tenía una guarnición, eran sus hombres y les debía cumplir con su deber de líder, así que envió mensajeros a Zaragoza para pedir al rey que enviara a su ejército urgentemente a Almenar o el hambre y la sed haría que el sitio tuviera éxito.
Don Rodrigo también partió hacia Almenar y allí por un lado estaban los sitiados que sabedores de que su Sidi no les abandonaría nunca, soportaban la rudeza de un asedio, también estaban los sitiadores, el ejército numeroso de Al-Mundir con el apoyo de tropas de Barcelona y Cerdeña con Berenguer Ramón II en la cabeza y él estaba con su mesada y la llegada del ejército zaragozano, todo listo para la batalla.
Intentó negociar el Campeador para disuadir al enemigo, pero no tuvo éxito y comenzó una batalla encarnizada en las que las fuerzas eran muy igualadas, pero en la batalla de Almenar el valor y el coraje en el campo de batalla estaba comandado por el Cid a la cabeza y su victoria aún hizo crecer más su leyenda.
Los moros de Al-Mundir huían por un lado, los de Barcelona y Cerdeña por el otro y el ejército de Al-Mutamin celebraba la victoria con un gran botín de guerra, pero el Cid aún estaba más contento de lo habitual, entre sus prisioneros se encontraba Berenguer Ramón II, aquel Conde que junto a su hermano le rechazaron cuando él les ofreció su espada y su lealtad.
El rescate del Conde de Barcelona fue todo un botín para el Mío Cid y Zaragoza, pero nos dejará libre a un presunto fratricida que será acusado de la muerte de su hermano el mellizo Ramón Berenguer II apodado Cabeza de Estopa que murió asesinado en un bosque y a partir de ese momento Berenguer Ramón II sería apodado el Fratricida.
Les cuento que al final tuvo que demostrar su inocencia en un duelo que perdió, así funcionaba la justicia en aquella época y Berenguer Ramón II fue desterrado y posiblemente acabasen sus días en tierra de Jerusalén, mientras en Barcelona se hizo cargo del reino Ramón Berenguer III que era hijo de ese hermano asesinado, el Cabeza de Estopa.
Quédense amigos con este nombre pues la vida da tantas vueltas y tantos giros que más adelante el Cid y Berenguer III serán protagonistas de algo muy importante que seguramente les contaré.
Muy interesante los conflictos de intereses.Este año pase cerca de Monzon,de donde es el amigo de mi yerno que estan en Afganistan juntos,dos veces camino Salou y cuando me fije en el castillo pense la de historia que tubo que ver.
ResponderEliminarY otra reflexion que vengo observando " la cultura no vende"
Abrazos
Querido amigo Gonzalo la cultura al final se queda para los que aprecian el arte del saber.
ResponderEliminarYo cuando veo castillos como el Olite, Peñafiel o simplemente cuatro piedras recordando una fortaleza, disfruto reviviendo su historia y los lances que allí se dieron.
Un abrazo
Se agradece aprender algo más cada día. Realmente la época medieval y el Cid Campeador invitan a soñar.
ResponderEliminarComo ya dicen, al observar un castillo uno se queda embelesado intentando adivinar que ocurrió allí.
Un Saludo
El de Olite no fue en el que pillaron a la alcladesa dandole gusto al cuerpo?????
ResponderEliminarYo fui a Alquezar y con tiempo vere el de Olite
Sí Gonzalo allí la pillaron dando gusto al caballero, ja,ja,ja. Si vas comprobarás su belleza, merece la pena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Germán gracias y es cierto la historia nos hace soñar.
ResponderEliminarUn abrazo.