Corría el año 1.079 y teniendo noticias de un ataque a las tierras de la taifa de Córdoba, el ejército de Al-Mutamid se dirigió presuroso a Cabra que está al sur de la capital cordobesa, este ejército iba acompañado por la mesnada de Rodrigo Díaz de Vivar.
El ataque procedía de de la taifa de Granada con el emir Buluggin al frente y con el arropo de los hombres enviados por Alfonso VI encabezados por García Ordóñez, Diego Pérez y los hermanos del reino de Navarra Lope y Fortuño Sánchez.
Venció una vez más, otra batalla más, el Cid Campeador, dejó maltrecho el ejercito enemigo y consiguió hacer prisioneros a Ordóñez, Diego Pérez y a Lope Sánchez, a los cuales mantuvo retenidos unos tres días y luego con su benevolencia conocida dejó en libertad sin solicitar por ello rescate alguno, algo que era muy típico en aquella época.
La leyenda cuenta que Ordóñez recibió una afrenta por parte del Cid, un agarrón de su larga barba, que era una forma de despreciar al enemigo y no es muy creíble pues la vida del de Vivar siempre estuvo acompañada por el valor del honor.
Mientras Alfonso VI estaba finalizando su asedio a la taifa de Toledo y todo esto que acontecía en el Sur no hacía más que beneficiarle y ahorrarse unos cuantos enemigos con los que batallar.
Don Rodrigo fue recibido como un héroe en la ciudad de Sevilla, recibió estupendos regalos que iban dirigidos a Alfonso VI, siguió cobrando las parias a la tribu de Al-Mutamid y consiguió una renovación de paz parta el rey castellano.
Sevilla seguía siendo leal a Alfonso VI y D. Rodrigo se había ganado una vez más el respeto de sus amigos y el miedo de sus enemigos, esta batalla posiblemente le dejó muchas enemistades dentro de la nobleza que asesoraba al rey, pero nadie ponía aún en duda su lealtad.
Muchas cosas más han de pasar, mañana seguiremos con esta aventura que comenzará cerca del Tajo, en tierras toledanas y les contesto por adelantado a su pregunta ¿Por qué el Cid defendió Sevilla de un ejército lleno de moros y cristianos?
Es sencilla la respuesta, los tratados entre moros y cristianos no sólo eran cobrar parias, conllevaban la defensa de sus tierras y el Campeador las defendió aunque parte del enemigo era cristiano como él, por eso debemos entender bien el contexto de todos estos acontecimientos que a veces nos pueden resultar extraños.
Mi abuela es de cabra!No sabia yo esta historia
ResponderEliminarExtraños y extensos,esperemos ver acontecimientos para cambiar de opinion y rectificar,que es de sabios.
ResponderEliminarAbrazos
En la distancia que dan los siglos parece que en aquellos tiempos había continuas guerras entre musulmanes y cristianos. Nada más lejos de la realidad. Hubo épocas de paz y de cooperación (Alfonso X, Almutamid) Incluso hubo muchos episodios donde los cristianos se enzarzaban entre sí y los enemigos eran los "de casa", como bien nos cuentas en esta entrada.
ResponderEliminarUn saludo.
La codicia y la envidia de sus adversarios y un rey dispuesto a creerlos...
ResponderEliminarOscar nunca nos acostaremos sin saber una cosa más y tener un día menos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya verás como sí Gonzalo, la palabra mercenario no tiene el mismo significado ahora que hace mil años.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cayetano, la reconquista fue así de complicada y a la vez afortunada, ya no estaba Almanzor sino otro gallo hubiera cantado, aunque en breve llegará Yusuf, que hará mucho daño, pero ya es tarde.
ResponderEliminarUn abrazo
Javier que te voy a contar que tú no sepas, loa arrimados al poder miraban más por ellos mismos siempre que por su reino.
ResponderEliminarUn abrazo.