Exhumación Real

De nuevo mi amigo Carlos II tenía ganas de hacerme trabajar y sobre todo estudiar sobre la vida y obra de Mariana de Austria, en su 376 Aniversario de su nacimiento quiere que hable de esta esposa de Rey, Reina regente de España y madre de un Rey.

Es difícil que hable de historia, pues ya saben que simplemente es una afición, pero la curiosidad por la vida de esta mujer me llevó a leer cientos de páginas dónde en ninguna encontraba inspiración para esta iniciativa.

Pero la historia y el protagonismo de una Reina no termina nunca en su muerte y ahí pillé de lleno la inspiración con algo diferente y macabro que contarles a todos ustedes, para que sirva de homenaje a una gran Reina de nuestra querida España.

Corría el año 1699 y en el El Escorial iban a realizar cambios en la ubicación de los féretros reales para colocarlos en otro lugar más vistoso.

Allí estaban Carlos II con su esposa Mariana ante la expectación de qué pudiera ocurrir algún fenómeno sobrenatural durante el traslado ya que las creencias populares de la época estaban dotadas de todo tipo de tabúes y misticismos, como ya relatábamos en el hombre hechizado.

Como si de un juego macabro se tratara, Mariana ardía en deseos de ver el cuerpo de María Luisa de Orleans, anterior esposa de Carlos II y muerta hacía unos diez años por un apendicitis.

Convenció a su marido y consiguió realizar el sacrilegio de visionar el cadáver de aquella impresionante mujer a la que siempre le tuvo ciertos celos inconfesables de esposa en segundas nupcias.

Se encontró que el estado de conservación de la citada Maria Luisa era casi perfecto y aún poseía esa belleza que encandiló en su día a Carlos.

Carlos sintió un vuelco en sus recuerdos de un tiempo pasado y quizá más feliz, dónde la búsqueda de un heredero le dejó noches de pasión interminables.

Sintió la necesidad en aquel momento tan nostálgico de ver a nuestra protagonista de hoy, su madre Mariana de Austria, esta hacía más de 3 años que no estaba a su lado y decidió también realizar el sacrilegio de abrir su sarcófago, encontrando a su madre en tan perfecta conservación que cayó rendido en un estado de misticismo propio de la época y sobre todo en este personaje.

Pero el juego aquí no se acaba, encantado este matrimonio de ver como la momificación dejaba como vivos a los muertos, quisieron llegar más allá de lo ético, entrando en lo más profundo de la profanación en toda regla.

Dispusieron abrir el ataúd de Juan José de Austria, aquel hermano bastardo de Carlos, personaje al que sin duda envidiaba pues era el más engreído de todos los hijos naturales de Felipe IV y lo que se encontraron allí fue putrefacción y una imagen inolvidable de lo desagradable que puede ser profanar el sueño de los muertos.

Algunos afirman que la imagen de su hermano bastardo profanado, nunca desapareció de las retinas de Carlos II.

Y con esta pequeña anécdota, espero haber estado a la altura de estos impresionantes amigos de la Historia que hoy participan en la iniciativa que propuso el Rey Carlos II para celebrar el 376 aniversario del nacimiento de Mariana de Austria un 23 de Diciembre como hoy.