Sin plantilla no queda otra

Así lo deben de tener de mal en la Guardia Civil de Tráfico, cada vez la plantilla está más reducida y con esta galopante crisis no se tiene previsto que aumente en mucho tiempo.

Pero sepan ustedes que el benemérito cuerpo no se achanta nunca ante las adversidades y ni cortos ni perezosos han encontrado como seguir estando presentes en todas las carreteras de España.

Son los nuevo espanta-camicazes al volante, con ellos se espera por parte de este Gobierno ahorrar un montón en nuevos empleados que ya no consideran necesarios, eso sí, si usted necesita ayuda ya sabe que su espera podrá ser eterna, sin personal poco más que esto les van a poder dejar.

Y los infractores no canten de alegría, esos ojos saltones no son más que otro radar camuflado para intentar llenar las arcas del Estado.