CLAUDIO II el emperador romano, consideraba que los hombres solteros eran sus mejores guerreros, porque no les ataba nada ni nadie en las batallas.
Así que se propuso y dispuso que ningún hombre de su ejército pudiese contraer matrimonio.
Esta medida tan injusta, no fue tomada con agrado por sus combatientes y tuvo que interceder por ellos el obispo de INTERAMMA, el que sería uno de los SAN VALENTÍN en los libros de historia y que fue lapidado y decapitado un 14 de febrero.
Pasado el tiempo, los soldados volvieron a poder casarse y Valentín fue patrono de los enamorados.
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