Un pequeño consejo para los que dudan si contar con sinceridad lo que piensan en sus artículos, la opinión es libre y compartirla no te dará la razón, pero sin duda encontrarás siempre un buen dialogo con quién quizá sí la tenga y no lo dudes, viceversa también.
Dedicado a todos mis amigos que comentan en este rincón, a pesar de que pocas veces están de acuerdo con un servidor, pero consiguen que la palabra libertad esté siempre vigente en la blogosfera.
Pues mira que casualidad, ya que este cabrito volvió a publicar en su rincón.
ResponderEliminarAsí que si el diablo por eso me llama cabrito, yo a él le llamo cabrón.
Ea, ahí queda eso.
Senovilla... todos tenemos un poco de diablillos y este "demonio rayajeado" está totalmente contigo... aunque tu puedas estar en el cielo y yo en el infierno.... jaaajajaja
ResponderEliminarabrazos :)
Si todos pensáramos igual...¡vaya aburrimiento!
ResponderEliminarLo importante es el respeto no el disentir.
Un saludo.
A mi mientras me llamen cabrito y no me llamen cabrón, jjjjjjjjjjjjjj.
ResponderEliminarA mi que no me quiten años...De hecho si no me llaman "peaso kavrón" (homenaje al tema "mi jefe" de los Mojínos Escozíos) es que algo falla: yo. ;-)
ResponderEliminarSalu2
Libertat, esa palabra que todos ansiamos pero en el fondo sabemos que cada día estamos mas cortos de ella
ResponderEliminarLa diferencia entre cabrito y cabrón no depende de uno mismo... sino de su mujer.
ResponderEliminarUn abrazo don Lope
Senovilla! Qué alegría volver a leerte! y encima con semejante artículo!
ResponderEliminarEspero que a mí el diablo me mire, pero de lejos ;)
Un fuerte abrazo y volvemos a leernos por aquí!! por cierto, te voy a seguir en twitter!