Siempre gustó de la buena vida y sirvió de caballerizo a la emperatriz Isabel de Portugal, les hablo del Marques de Lombay, D. Francisco de Borja.
Isabel de Portugal era la mujer de Carlos V y se dice de ella que era una hermosa fémina y que servirla era todo un honor para cualquier hombre o mujer por la admiración que sentían a su buen hacer.
Francisco de Borja estuvo muy cercano a Isabel, tanto que cuando el 1 de mayo de 1.539 falleció la emperatriz en Fuensalida de una infección posiblemente provocada por un aborto, se dio cuenta de la grandeza de esta mujer que en todo momento mantuvo su serenidad ante la muerte como bien cuenta el cardenal Tavera.
El esposo de Isabel, quedó tan desolado que fue incapaz de acompañar al cortejo fúnebre hasta Granada, lugar dónde se daba sepultura a los Reyes y Reinas de España.
Su hijo Felipe II, era aún muy joven para tan largo viaje y además como herencia materna muy enfermizo, así que a medio camino tuvo que abandonar dicho cortejo dónde daba su último viaje Isabel de Portugal por las tierras de España que tanto amó y defendió.
Es la Marquesa de Lombay y sus damas las que van a llevar el féretro de la yacida con su dolor y duelo, haciendo un largo camino que se tornó muy lúgubre y penoso, dónde el calor y la fatiga hacían mella en lo que sería un tortuoso camino excesivamente largo.
Allá por dónde pasaba el cortejo, D. Francisco de Borja ante los que iban a condolerse de tan grave pérdida presumía de haber servido a una bella y admirable mujer que tan bien gobernó España en las largas ausencias de su marido Carlos V.
El camino llegó a su fin y como era costumbre, el féretro fue entregado al cabildo de la Catedral de Granada y como era costumbre de la época, éste fue abierto en un pequeño acto ceremonial para luego recibir Santa Sepultura.
La cara horrible de la muerte asomó entonces, todos los presentes quedaron horrorizados con aquello que se encontraron, el calor, el largo viaje y la descomposición habían convertido a tan bella dama en la más cruel de las pesadillas, un cuerpo corrupto por el gusano y un hedor inolvidable.
Cuentan que en esos momentos D. Francisco se comenzó a poner muy malo, había presenciado la cara más horrible de la muerte, aquella que rompe los esquemas de cualquier buen recuerdo.
En esos momentos de malestar, entró en una especie de éxtasis y dijo aquella frase célebre de "Nunca serviré más a Señor que se pueda morir".
Había encontrado el marqués el camino auténtico de la religión y al fallecer su mujer y quedar viudo, se desprendió de sus títulos, de sus bienes y de todo aquello que ya nunca más iba a necesitar.
Entró así en la Compañía de Jesús y comenzó a vivir como uno más, se le ofreció el título de Cardenal, pero no quiso aceptarlo pues su destino sería servir con sencillez a ese señor que ya no se podrá morir nunca más.
Y es que la cara horrible de la muerte le marcó para siempre y se convirtió en un gran hombre de fe, terminó siendo en 1.565 el Padre General de la orden de la Compañía de Jesús.
Durante toda su vida, nunca pudo borrar de su cabeza la belleza y hermosura de Isabel de Portugal, pero tampoco olvidaba la impresión que le causó la cara horrible de la muerte que siempre nos enseña a todos lo poco en que se queda una vida.
Años más tarde de su muerte en 1.671 fue Canonizado por el Papa Clemente X y no hace muchos años, se ha querido conservar y promover la memoria de este hombre y es nuestro Rey actual D. Juan Carlos I el Presidente de Honor de este patronato.
La historia nos muestra esos caminos tan distintos que toman los personajes a lo largo de su vida y esta que hoy les traigo me pareció muy correcta para compartirla y entender mejor a esos hombres de fe que hoy por desgracia son tan desconocidos.
Debe ser horrible una visión de ese tipo. Pesadillas de por vida.
ResponderEliminarAhora que, a quien le vino Dios a ver fue al heredero, a Felipe II, quien por obra y gracia del casamiento apañado de su padre el rey Carlos le va a tocar la lotería por vía materna: nada menos que Portugal, otra pieza más para el imperio aquel donde nunca se ponía el sol.
Un saludo.
Cierto amigo Cayetano, ciertas cosas no se deberían ver nunca y máxime si es de gente cercana o allegada.
ResponderEliminarFelipe II es un personaje increíble, seguro que haremos varios artículos sobre él y ese sol que nunca se ponía.
Un abrazo.
Como suele decirse ..."los caminos del Sr. son inescrutables" y conste que aunque soy creyente, cada vez tengo más y más dudas sobre lo que de verdad estamos haciendo los hombre con esta religión nuestra en manos de una jerarquía eclesiástica cada vez más incoherente a mi modo de ver.
ResponderEliminarSea como sea, es cierto que la belleza es efímera y por más que nos cueste asumirlo, el hombre con ella...la pena es que alguien tenga que ver algo tan horrible para que le haga dar un vuelco a su vida. Los humanos tendemos a actuar así, hasta que no recibimos un tremendo golpe, no reaccionamos, pero ¡¡vaya!! con todo.
Un placer leerte, como siempre...
Siento mis ausencias, es que el tiempo es muy cruel conmigo:-)
Un beso, SENOVILLA
Yo tuve la horrible desgracia de ver a mi hijo de 13 años muerto pero aún estaba bien, parecía vivo y todo, tiene que ser muy fuerte le visión posterior, lleno de gusanos y totalmente desfigurado, por suerte no tuve esa visión y siempre lo recordaré como era, un niño adorable que ya habría cumplido los 32 este año, precisamente el 25 de abril.
ResponderEliminarUn abraxo Senovilla,
María muy acertada tu reflexión y aprender es necesario siempre, aunque el destino nos prepare sorpresas inesperadas.
ResponderEliminarUn abrazo y saber que estas cerca siempre es lo importante, el tiempo, es maldito tiempo, así andamos todos, por tanto olvidemos el tiempo y que la amistad lo supere siempre con creces.
Un beso querida amiga.
Roscanaria, cuando dolor tienen que aguantar nuestras vidas y que fortaleza tan inmensa poseemos para seguir adelante ante tales circunstancias.
ResponderEliminarSé que eres muy fuerte y ese recuerdo te hará ser aún más fuerte, pues en tu corazón estará siempre su cara sonriente.
Conocer con esta intensidad a los amigos los hace más cercanos y esta sinceridad en tu comentario me llega al corazón.
Siempre tu amigo querida Roscanaria y con un beso te dejo fortaleza para seguir con fe que algún día habrá un bello encuentro ;-)).
Intuyo que la apertura del féretro era una norma protocolaria para acreditar la personalidad del difunto que iba a recibir sepultura en un espacio destinado al descanso eterno de la familia real. En cualquier caso no termino de entender la reacción de D. Francisco. Por mucho que idealizara a la reina y por alta estima que le tuviese, no dejaba de ser una persona cuyo cuerpo inerte respondió a las mismas reacciones que las de todo ser vivo una vez que cesó su ciclo vital. Por supuesto que la contemplación de esa imagen, ateniéndonos a las circunstancias por las que atravesó el cadáver, no podían ser gratas a la vista, pero cualquier materia orgánica es perecedera y corrompible. Debemos asumir que nuestra verdadera esencia es la que brota del espíritu, la que anida en nuestro ser, libre de las leyes y limitaciones que impone la naturaleza. La misma que cuando fallecemos se deposita en el alma de nuestros seres queridos y que siempre evocamos para sentirnos reconfortados por su recuerdo como ha expresado
ResponderEliminarRosscanaria con tanta dulzura.
Si tan solo fuéramos un cuerpo ¡qué sería de nosotros!
un abrazo tinerfeño incorruptible.
CC
CC, y eso que embalsar era algo habitual, pero a veces son las sorpresas desagradables que dan un traslado tan difícil.
ResponderEliminarRoscanaria nos muestra siempre esa forma de superar la vida.
Un abrazo CC y gracias por estar siempre tan cerca.
Quise decir embalsamar, la verdad que cuando uno va con prisa, comete faltas garrafales.;-)))))
ResponderEliminarBuenas noches..
ResponderEliminarPaso a desearos buen fin de semana.. la muerte tiene muchas caras.. es horrible
Miles de gracias y besotes de buen fin de semana y felices sueños… cuídense.