Hubo una transición en la historia de la evolución donde los HOMOS pasaron a ser HUMANOS tal y como los conocemos hoy en día.
Ese momento cumbre de nuestra evolución surgió cuando nos comenzamos a mirar la barriga, a entender que había una muerte que era el mayor de los peligros de la especie, así poco a poco comenzamos a tener conciencia de nuestra vida, de la perdida de nuestros compañeros de caza, cuando fallecían ya se les comenzaba a realizar enterramientos y poco a poco introducíamos más y más elementos en estos funerales, como eran las armas de caza o pequeños trofeos.
Es el auténtico nacimiento del ser Humano, comenzando a tener conciencia de su paso por la vida, del respeto a sus mayores y de la creencia que tras la muerte puede haber algo, de ahí eso de acompañar en los entierros de sus compañeros con útiles terrenales.
El comienzo de las religiones es muy remoto, tanto como nuestra historia, quizás todo comenzó cuando los humanos dejaron de ser nómadas e hicieron sus primeros asentamientos.
La magia de unos pocos tuvo la culpa del nacimiento de las creencias, esos pensadores que aprovechaban sus conocimientos para curar con hierbas las heridas, observando la naturaleza para mostrar a su pueblo la llegada de las estaciones.
Eran los primeros Brujos y Chamanes que pronto se dieron cuenta que tenían el poder y lo supieron usar y conservar, sus secretos eran transmitidos a unos pocos y con ellos dominaban a su pueblo.
El pueblo en ese momento comenzó a tener fe, creía en esos brujos, en sus adivinaciones , en sus curaciones, en los sacrificios que había que hacer para obtener las bendiciones de la Madre Naturaleza, del sagrado Sol o de la Luna que iluminaba las penumbras de nuestra evolución.
Nacen poco a poco las creencias y los dioses, todo lo que alguna vez producía un beneficio al pueblo se merecía una adoración o un sacrificio, era el germen de lo que hoy conocemos como religiones.
En un principio existían muchos dioses en los que comenzar a tener fe, unas veces eran parte del entorno y otras comenzaron a ser los héroes que ganaron batallas, los afortunados a pasar a ser dioses.
Muchas civilizaciones aprovecharon el poder de la adoración y fe hacia los dioses para dominar al pueblo, con poder y creencias juntas vieron que se movía a las masas a su antojo y supieron aprovecharlo.
La religión estaba comenzando a tomar forma, acompañada de las parafernalias que se realizaban como culto o festejo hacia los dioses, pero lo importante es que el ser Humano comenzaba a filosofar sobre su existencia y el más allá después de la muerte.
El poder de los pueblos y las civilizaciones cuando llegaron a la cumbre de su existencia fueron poco a poco desapareciendo, para dejar paso a otras culturas nuevas.
Comenzaron a surgir los pueblos con un solo dios en qué creer y la humanidad despertó al mundo de las religiones modernas.
Algunas nacieron por necesidad de un pueblo para unificar su lucha por conquistar imperios, otras por su espiritualidad y forma de vida de una civilización y muchas siguiendo los caminos de sus antepasados con cientos de dioses a los que venerar.
Religión y poder siempre han ido unidos, en perjuicio claro y evidente de ambos, recordemos que las más cruentas guerras de la humanidad fueron consecuencia de los FUNDAMENTALISMOS que convertía a sus seguidores en fanáticos.
Las religiones comenzaron a olvidar poco a poco a su pueblo, a esos seres humanos que tenían su fe y creencias manipuladas por el poder de sus líderes.
Así se fueron dividiendo en fracciones como la luterana si hablamos del cristianismo.
A día de hoy nos encontramos con religiones que evocan la espiritualidad del individuo como puede ser la Hindú y la Budista o la vuelta al fundamentalismo como está ocurriendo con la Islámica, es más, en América se está dando un paso atrás en el cristianismo con el rechazo a la evolución.
Pero hoy no vengo a hablar de religiones, y tampoco voy a hacerlo sobre la fe, vamos a tocar un poco el tema sobre las creencias.
El ser Humano ha evolucionado poco a poco ligado siempre a sus creencias y aunque ahora el mundo esté lleno de religiones, todos los que habitan la Tierra tienen sus creencias.
Unos por la interpretación de la vida y la muerte, del más allá y de su transitar por el mundo, centran su existencia en la fe hacia un dios que puede llamarse Yavé, Buda, o Alá y siguen los rituales que les ofrece cada una de estas formas de creer en un Dios con los rituales que impone cada uno de ellos, formas de celebrar el nacimiento, los casamientos, los entierros, etc.
Tenemos también un movimiento que ha crecido mucho en el siglo XX y son los que no creen en nada, algunas veces mal llamados ATEOS, porque no creer en nada, es creer en algo, aunque ese algo sea nada.
Surgen los problemas por las discrepancias de nuestras creencias, y ahora me centro en la sociedad española que es la que más conozco.
Religión y poder han estado muy unidos hasta la entrada de la democracia, aún siguen conservando ese lazo de unión en perjuicio de la Iglesia por lo que cada vez somos un país más y más laico.
Nos encontramos por un lado los extremistas que llevan al pie de la letra las dictaduras de los Concilios del Vaticano y la palabra del Papa es sagrada y de obligado cumplimiento, llegando al extremo de que una farmacéutica no te venda unos preservativos alegando que va contra sus creencias.
Tenemos a los que una vez superada una dictadura y una educación basada en el Nacionalismo Católico han comenzado a tomarse con rigor las cosas trascendentales de la vida, a seguir con sus creencias judeo-cristianas, pero entendiendo la religión como un acto más de fe en sus vidas y no teniendo que compartir lo que diga la Santa Iglesia.
Los Laicos auténticos que haciendo uso de su libertad de pensamiento, estudian y comprenden que hay otras creencias y que existen hasta los que no creen, respetando en todos los extremos la libertad de conciencia de sus semejantes.
También tenemos los que se denominan a sí mismos
Ateos,
que son tan fundamentalistas como los que siguen al pie de la letra a un líder religioso,
ellos no creen, pero son a veces incapaces de respetar a los que creen, se creen dioses porque en efecto lo son, ya que ellos mismos son su propio dios.
Todos estamos enmarcados en un lugar de los que he mencionado, existen muchas más opciones pero darían para un libro y esa no es la intención.
La intención de todo esto que os he contado, es el respeto que se ha de tener a las personas con distintas creencias, conocer un poco su religión que no tiene porque ser la nuestra y entender el porqué creen o no creen.
Respeto y tolerancia es la base de cualquier sociedad, los fundamentalismo y la carencia de respeto entre todo tipo de creencia moral, espiritual y de fe son las que acarrearán con el fin de nuestras libertades.
Ninguna Religión, ni ninguna creencia o acto de fe tienen la verdad absoluta sobre cualquier tema que mueva a la humanidad, personalmente creo en las personas que transmiten una forma de vida, pero que no imponen sus creencias a nadie, el libre albedrío de las personas es algo que solo se puede perder si alguien te impone su forma de creer o no creer.
Si has llegado hasta aquí es por que has seguido unos pensamientos muy personales de ver la religión, la fe y las creencias , aquí no vas a encontrar la respuesta a tu eterna pregunta ¿Existe Dios?, pero sí vas a entender que la libertad de los demás crean o no crean es digna de respeto y podrás en los comentarios exponer tus opiniones e intentar calar con tus pensamientos en los lectores, pero no conseguirás que nadie pierda el libre albedrío de su espíritu y truncar su libertad a creer o no creer.