El otro día regalé una de mis poesías a una amiga que comentaba que el trabajo era a veces una lata y es que aún no conocía el trabajo más duro de la historia mundial de la humanidad.
Y es que amigos ustedes se quejan mucho de sus trabajos, pero miren a este hombre que no tiene horarios, no sabe lo que es un fin de semana libre y lo peor de todo no le apoya ningún sindicato.
Tengo entendido que estaría dispuesto a cambiarlo con el de alguno de ustedes, así que si quieren hacerlo pueden dejar un mensaje en los comentarios y ya se lo hago llegar.
jajaja, vaya con el masajista...esto sí que es protestar por protestar. seguro que el amigo Manolo se lo cambiaba por la contabilidad, ésto sí que es un trabajo antipático (bueno, a mí lo números me gustan tan poco!).
ResponderEliminarTe dejo un beso Jose.
Pobrecillo,lo comprendo perfectamente para mi también sería una tortura trabajar en esas condiciones,los manjares más estupendos a la mesa y sin poder comer nada.
ResponderEliminarUn saludo.
No le envidio, no. Bueno... un trabajo con vistas si que tiene. Creo.
ResponderEliminarPero bueno si es que al final ninguno se va a animar a cambiarle el curro, quizás os estais haciendo mayores amigos, pero más de un jovencito con eso que llamaban la edad del pavo pagaría por trabajar en su curro.
ResponderEliminarSaludos
Yo se lo cambio ahora mismo.
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