De cabreo en cabreo

Desde ayer estoy cabreado y hoy aún mas, luego les cuento de momento les dejo con PEPIÑO que casi me convence de que toda la culpa de mi cabreo no es de Zapatero, es del Sr. Aznar.

 

Hoy fui a recoger mi bombilla que Zapatero con mi dinero me ha regalado y como soy hombre precavido, miré primero que tipo de casquillo necesito en la lámpara del cuarto dónde aun me falta cambiar la vieja por la nueva.

Sorpresa que me dan en correos una con un casquillo que yo no quiero y me dice el individuo funcionario de ese glorioso y extinto CORREOS que o me llevo la que me da o no me da nada porque no se puede elegir, las bombillas las han debido comprar todas iguales y no te dejan elegir, por lo menos aquí.

Tras haber pagado 40 céntimos de la dichosa HORA y tener que ir a comprar la bombilla que yo quiero, no más que 4,65 € he vuelto a casa muy cabreado, ya que encima que me regalan una bombilla con mi dinero la tengo que guardar de repuesto porque la que yo quería no la tenían salvo en la ferretería.

Y todo este trance sin fumarme un cigarro por no dar al gobierno más dinero, así que como ven el cabreo me sube un entero.

Les dejo otro vídeo y les cuento.

 

He ido hoy también a pasar la ITV del coche que le tocaba por primera vez, aún no ha pasado su tercera revisión por la casa y sólo por mirar que todo está bien me han soplado 30 € del ala para las arcas del estado donde sólo dos operarios muy simpáticos atendían una cola de más de 10 coches, total otra hora perdida por cumplir las leyes del gobierno que le han sonsacado a un coche nuevo 30 € para decirte que está todo muy bien, ¿Cómo quiere usted que esté si no tiene ni 23.000 Km?, sí es que con el precio del petróleo y los impuestos a más no llego.

Todo esto que les cuento sin fumar pagando impuestos a Zapatero, aunque eso sí un amigo me invitó a un cigarrito cuándo tomando café le conté que vaya mes que llevo, el carnet de identidad caducado desde ayer y el de conducir finaliza a final de mes, así que no sé cuanto gastaré entre el fotógrafo y el Certificado Médico que esta vez no me dirá deje usted de fumar.

Así que les dejo muy cabreado de momento, mientras escucho a mi amigo e igual me consuelo.