MEDITAR Y RECORDAR

Entre hoy y mañana echaremos mucho de menos a todos aquellos que ya no están con nosotros.

El tiempo pasa, la vida sigue, pero en nuestros corazones y sobre todo con los recuerdos de bellas navidades pasadas en familia, se les añora mucho.

Esta tristeza es muy intensa pero pronto se va diluyendo cuando vemos que aún faltando algunos miembros en la familia, otros se han ido incorporando y ciertamente que pequeños son algunos.

Los que no están siguen estando, no solo en nuestros pensamientos, les nombramos continuamente y afloramos cientos de anécdotas, donde todas son divertidas y se convierten en un gran homenaje para ellos.

Los más pequeños se van dando cuenta de como es la vida, ven que solo está la abuela, el abuelo hace tiempo que se fue, conocen poco a poco en estos días como eran nuestras navidades y con quienes las compartíamos.

Ellos han pasado a ocupar esos asientos que quedaron vacíos y van entendiendo un poco más la vida, la muerte, como hemos hecho todos nosotros al enfrentarnos a la soledad que nos dejaron los que ya no están.

La Navidad también es esto, meditar y recordar, transmitir lo que significa la familia y saber que aunque algunos no están no se les olvida; pero es Navidad para todos, los más jóvenes de la familia asimilan pronto esa mezcla de tristeza y alegría en los mayores (que suelen ser los que más asientos ven vacíos) y perciben con emoción oír las aventuras de aquellos que se fueron.

La Navidad hace que al retornar al hogar de nuestra niñez se magnifique el significado de FAMILIA, que sin sentido estamos perdiendo a gran velocidad, puede que por culpa de una sociedad consumista y ombliguista que ha olvidado los valores más fundamentales que les transmitieron generación tras generación, por creer que la Navidad es solamente Religión.

El espíritu de la Navidad no tiene que ser solo religión, el concepto de familia no debe quedar en el olvido y son estos momentos en los que tenemos que valorar los esfuerzos que todos sus miembros realizan estos días.

Los abuelos que desean ver a sus nietos que viven muy lejos y cada año se sorprenden de como han crecido, los hermanos que se tienen algo olvidados por que los kilómetros hacen daño, esos cuñad@s que casi se desconocen.

Una inmensa mayoría sigue apreciando el espíritu de la Navidad, donde la religión no cuenta para unir a la familia.

Meditar y recordar a los que no están, disfrutar de volver a ver la familia junta, aunque por desgracia sea una vez al año y sobre todo transmitir a las nuevas generaciones lo importante que es la familia.

Y sobre la religión cada cual que haga lo que le venga en gana, veo cansado las famosas discusiones sobre estas fiestas y algunas veces con ofensas incluidas hacia los que muestran una creencia, la blogosfera dicen que transmite una imagen de la sociedad actual, pero me niego a creerla.

Todos pueden vivir la Navidad en paz, no se trata solo de religión, tengan en cuenta que el espíritu de estas fiestas no es un dogma de ningún Dios, es la transmisión de unos valores, sobre todo el concepto de familia que sería una pena que se perdiera.

Y para los que sí que creen en algo, es bonito siempre recordar la historia, tanto la sagrada como la real, meditar sobre ella, afianzar sus creencias o ser cada vez más escéptico, el libre albedrío de tus creencias es un derecho que debe de ser universal.

A tu familia le da igual tu religión, solamente quiere que compartas unas navidades con los que de verdad te quieren.

Aprovéchate del espíritu de la Navidad, que no tiene por que ser algo religioso, conserva aquello que te enseñaron y valora bien el significado de la familia, son días para unirse, meditar y recordar.

No pongas a bajar de un burro estas fiestas alegando los tópicos más socorridos de la blogosfera, se justo contigo mismo y comparte felicidad y alegría con todos, para ello no hace falta pertenecer a ninguna religión.

Mis mejores deseos para todos en estas fechas y disfruten de la familia que es algo muy importante en nuestras vidas.