Termina la declaración de la Renta en España y hoy en homenaje a todos esos trabajadores que a pesar de que nos aprietan las tuercas hasta que les declaramos todos nuestros ingresos y bienes para que una buena tajada de los mismos pasen a ser del Estado, siempre están con una buena sonrisa y son exquisitamente educados y muy a pesar de que nuestro humor ante el pago de estas prebendas no sea el más adecuado.
Va por ellos:
Una señora que están en un restaurante comiendo con su hijo de diez años en un descuido el pequeño se mete una moneda en la boca y comienza a atragantarse.
La madre hace todo lo posible por sacar la moneda de su garganta, le golpea en la espalda a base de palmadas y hasta lo comienza a sacudir como si así fuera a conseguir algo.
El niño comienza a ponerse más colorado que un tomate pues la asfixia es inminente y además los gritos de desesperación de su madre no ayudan mucho hasta que un señor se levanta de la mesa y muy tranquilo agarra al niño y le baja los pantalones dando un fuerte apretón en salva sea la parte ejerciendo una fuerza tremenda hacia arriba y hacia abajo hasta que con una tos seca el niño escupe la moneda.
La madre toda agradecida y más calmada le pregunta a este señor ¿es usted médico?.
Él le contesta no señora, no soy médico, soy funcionario de hacienda y un experto en tocar los cataplines todos los ciudadanos hasta que sueltan la última moneda.
Lo raro es que no cobrara a la madre por hacer el trabajo. Estos de Hacienda no dan nada gratis.
ResponderEliminarUn saludo.