En Vacaciones Bicicleta

A los cerdos les llegó ayer su San Martín y les llegará también a los que presumen de libertad con todos sus patéticos goteos prostáticos de un no saber estar ni pertenecer al mundo de la sociedad del respeto, dónde no sólo la Constitución española ampara en la libertad de ideología, también es algo racional que los sin razón no entenderán nunca.

He tenido unos días con emociones encontradas, con correos llenos de efusivos y entusiastas ánimos para olvidar a esos cerdos que tendrán su San Martín bien merecido.

Los que más me han calado y dejado huella en mis pensamientos son sin duda los de aquellos que no comparten absolutamente nada con un servidor, pero saben lo que es el respeto, entienden lo que es simple y llanamente un planteamiento de opinión y sobre todo siempre defienden la libertad, la suya y la de los demás.

Un blogger auténtico no tiene que tener miedo ante lo que escribe en su rincón si practica siempre ese respeto con los demás, no dando dogmas de opinión pero expresando el mundo que ven sus ojos o siente su corazón.

He recibido comentarios y correos de amigos que están leyendo a diario las posibles tonterías que uno en este rincón expone, y sus palabras pesan mucho.

Estoy de vacaciones, hoy comienzan y tomo un respiro para asimilar todo lo acontecido y tomar una decisión que ya no es tan complicada como al principio creía, la justicia blogosférica no es ciega y que te comprendan es lo más alentador para solventar un problema.

¿Qué voy a hacer estas vacaciones? Descansar, leer, ver películas, disfrutar jugando partidas al ajedrez con mis pequeños aprendices y no hacer caso a las recomendaciones de mi mujer, por que la última vez que seguí su consejo me pasó lo siguiente:

- Jose, te ha dicho el médico que tienes que dar paseos y hacer ejercicios, tengo una amiga que todos los días va a hacer footing, si quieres la llamo y vas con ella.

- Vale, llámala y así con alguien a mi lado será por lo menos más entretenido.

El primer día fue estupendo, la amiga tenía una conversación estupenda y amena, pero tenía un defecto y es que estaba muy en forma y me llevaba casi sin aliento por todo el pequeño recorrido que hicimos.

Al día siguiente para tener más tiempo me hizo madrugar, una hora antes tenerme que levantar, bueno a esto lo llaman sacrificio así que dije sí y puntual me presenté a esa cita que no olvidaré pues hacía tiempo que no recordaba conversar y hablar con bostezos agónicos.

El cuarto día cuándo estaba recién levantado me costaba ponerme la ropa deportiva, odiaba que tuvieran cordones las deportivas, pero hice el recorrido con alegría, me llevó por una gran bajada muy pronunciada en la que correr era sólo inercia, lo malo fue cuando después de las risas por tan estupenda carrera me dijo, ahora debemos desandar lo andado y la lengua se me convirtió en una corbata pesada y la respiración ya no la sentía, sólo escuchaba el tronar de mi corazón que parecía querer escapar de esta maldita situación.

Llevaba ya seis días y ya la sonrisa de esta amiga no me hacía ninguna gracia, madrugar se había convertido en una pesadilla y ella parecía Freddy para hacerme sentir el dolor de una maratón en la que terminar no era triunfar, el triunfo era que me quedasen fuerzas para volver a mi casa.

Y aún ella quería que fuéramos a la montaña el domingo, sí hombre, yo ya no tenía ni fuerzas ni ganas, no iría ni aunque en coche me llevarían, ese domingo aún lo recuerdo porque me vi la Formula 1, el Tenis, el Fútbol, todo eso sentado y muy agustito en mi sofá, descansar es un ejercicio que no cansa.

No he vuelto a quedar con esa amiga y me dije que no volvería a hacer caso a mi mujer, ella aún no sabe lo bien que se me da el gimnasio, allí es dónde mejor me lo paso, hasta me gusta hacer la bicicleta, bueno yo creo que es lo que más hago.

Fuera bromas, estaré con los míos disfrutando mucho y unos días de desconexión blogosférica sentarán muy bien para afrontar que a todo cerdo le llega su San Martín.

Siento dejarles solitos y sin polémicas sobre las que expandirse y debatir en este rincón. pero igual algo de humor tengo en algún borrador y si es por apretar un botón, si no llego muy cansado de hacer la bicicleta en el gimnasio, igual le doy y se pegan unas risas.

Sean felices y disculpen que no estaré para nadie.