Tenía un amigo que presumía siempre de su mala suerte, era tan mala suerte la suya que nos contaba que una vez debajo de su cama matrimonial se encontró unos calzoncillos y se puso muy contento hasta que se los probó y comprobó que su mala suerte seguía acompañándole, resulta que le quedaban grandes.
Su mujer muy astuta, le convenció de que no le ponía los cuernos, que simplemente los había dejado allí porque le gustaba reciclar.
Y es que reciclar en época de crisis es muy rentable, eso sí, viendo a la mujer de mi amigo, creo que su mala suerte va a seguir durante mucho tiempo.
Algún día se dará cuenta nuestro amigo, que la mala suerte no existe, te la crean.
A esta chica con ese cuerpecillo, le queda bien cualquier cosa, jejeje.,...
ResponderEliminarMadre mía, que corte más rico tiene la colega.
ResponderEliminarUn abrazo
Suscribo lo dicho.
ResponderEliminarSi dan ganas de vestirla y todo...
ResponderEliminarGracias amigos, me alegro de sacar sonrisas de vez en cuando.
ResponderEliminarUn abrazo.