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7 de febrero de 2011

Visita al Dentista

Hoy en mis lecturas leía como algunas tribus aún conservan esa herencia histórica que les dejó el saber y el olvido de la civilización.

Muchos desde la visión de todas las nuevas tecnologías y todos los avances científicos que nos ofrece la modernidad que vivimos nos olvidamos que "ellos" en su ignorancia sabían explotar para su beneficio a la madre naturaleza.

Y aunque muchos pensemos que la medicina fue un invento de nuestra civilización, estas tribus indígenas sabían antes que nosotros coser sus heridas, ellos aprovechaban las hormigas, cuanto mayor fuera su cabeza y más grandes fueran, más efectiva era la cura.

Ante una herida, posaban la hormiga en el pliegue que deseaban unir para su curación y cuando esta hormiga mordía la carne, le cortaban la cabeza y así no se desprendía y la herida cicatrizaba.

Hoy viendo el siguiente vídeo en el que el remitente del correo se reía de lo precario que es ir al dentista en la India, me recordó que el día 9 tengo visita al dentista.


Iré muy relajado, perdí el miedo hace unos cuantos años, y digo perdí el miedo porque le tenía pánico, un pánico INSUPERABLE.

Yo soy de aquellos niños que veíamos como llegaba a casa el practicante y quemaba las agujas en alcohol para pincharnos con unas jeringuillas de cristal que amenazaban con cristalizar la inyección si nos resistíamos.

Recuerdo como fumaba un cigarro el practicante y te decía que no iba a doler, mientras hacía toda la parafernalia en tu tierna presencia, dándote el suficiente tiempo para pensar en lo grande que eran las agujas y que no eras un caballo, a lo sumo un pequeño potrillo,  la salida era una huída cobarde, pero necesaria ante tal atentado.

Debajo de la cama solía ser la mejor opción para escapar del aguijón, pero unas manos me arrastraban por los pies para recibir la banderilla en salva sea la parte que me quedaba dolorida hasta la siguiente faena que era al día siguiente a la misma hora y con los mismos protagonistas, y toda una noche pensando dónde me escondería la próxima vez que sonara el timbre.

Hoy no tengo miedo a las inyecciones, aunque permanece en mi recuerdo todo aquel teatro escenificado de miedo insuperable al pinchador de niños, mal llamado practicante.

Luego llegó el dentista y ese sillón dónde sin pasión te pinchaban y te atacaban sin contemplación, agarrado por las manos y cuello para no mover ni un tendón.

Lo peor fue el día que con flemón una muela sin juicio me extirpó  el dentista sin compasión y omiso a mi dolor, es más con cara hinchada y culo dolorido de estar sentado en una silla de barbero, la vieja enfermera se atrevió a pedirme datos para su ficha, cogí un papel y un bolígrafo y le escribí "vaya usted a la mierda, no ve que no puedo más que llorar porque ni para hablar la boca da ya".

Tengo visita el miércoles al dentista, todo será estupendo, música de Vivaldi, un paisaje en tres dimensiones en el techo, medicado con antibiótico 5 días antes y presto y dispuesto a sentarme en un sillón que con un botón me tumbará y no notaré ni la inyección.

Vendrá el dentista a comprobar como estoy varias veces durante más de media hora y cuando esté bien seguro que el aguijón me dejó la parte afectada bien dormida, será cuando comience su intervención.

Durante la misma me hará un monólogo con varias anécdotas que en su oficio debe contar millones de veces, y entre chascarrillos, me preguntará constantemente si siento alguna molestia.

Todo terminará pronto y sin dolor, eso es lo más grande de nuestra modernidad y sobretodo señalar que no verás ni el aguijón, todo aquello tan cercano de hace más de 40 años, hoy con el vídeo que les pongo en el post me hace recordar que muchos de los que hoy me leen han vivido en sus carnes lo que hoy les he relatado, y es que las ciencias y la tecnología avanza que es una barbaridad.

Y simplemente al amable amigo, que es buen seguidor de este blog, recordarle que lo que muestra el vídeo en cierta manera lo viví yo y muchos más lectores de este blog, no debemos criticarlo, sí denunciar que con tanta globalización todos deberían tener más medios y no despilfarrar el dinero en tantas armas bélicas como posee en concreto la India.

Querido amigo, gracias por tus correos, sigue mandando lo que quieras, pero recuerda que con tu juventud, sólo ves parte de una verdad, otros la vivimos y aún por desgracia la recordamos, pues aunque voy tranquilo el miércoles a mi visita al dentista, aún tengo en alguna parte de mi cerebro unas ganas impresionantes de HUIR, algo que no haré y es que hay cosas que no se olvidan nunca.


7 comentarios:

  1. Yo me temo que tal como estan los tiempos y lo caro que esta ir al dentista, veremos muchos flemones y bocas sin dientes pues en la seguridad sociál solo hacen extracciones.
    Un beso

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  2. Suerte que hoy en día los procedimientos han mejorado muchísimo, hoy aunque puede ser doloroso, no se parece ni por asomo a lo que antes era.

    Espero que me confirmes esta opinión el próximo día 9 :) .

    Un saludo

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  3. A pesar de la anestesia y otros adelantos, la visita al dentista me recuerda la llamada de Hacienda.

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  4. Hay que ir al dentista, un control cda seis meses o un años te mantiene la boca bárbara. Hago esta práctica, aunque tengo pavor.
    No te imaginas lo que me produce el ruido del torno o ir a hacerme una simple limpieza.
    ja ja ja qué maricona!!!!!

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  5. Si te cuento que hace siete meses , me hicieron cirugia, mejor dicho hueso en la encia, y ahora me van a poner el implante fijo y llevo tres puntos que el viernes me sacan, pero por suerte mi dentista es muy bueno,eso si, la cara hinchada unos dias no me la quita nadie,estoy acabando de tomar antibiotico, y espero que este sea el ultimo implante, mas bien por lo que cuesta, jejeje, y lo pago a plazos, pero despues mi boca quedara muy hermosa, jejejej, y podre comer de todo, eso es lo mas importante, jejeje. Mas miedosa que yo , creo que no hay nadie, y estoy pasando por ello, " para presumir hay que sufrir", jejejej.

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  6. Dioosss... Yo le tenía pánico al dentista, pero al final como no me quedó más remedio que ir, lo fui superando. Aunque tengo que decir que no es santo de mi devoción y que me da muchísimo respeto... Ya no me echó a llorar en la consulta... Pero gracias a Dios, que no vivo en la india!!!!

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  7. Gracias por vuestros comentarios.

    Un abrazo.

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