Hoy leyendo historias que tengo acumuladas en mi escritorio he encontrado una pequeña Joya que voy a compartir con todos ustedes, siempre son buenas estas Historias para meditar.
Un niño se acerca a su padre que estaba medio adormilado en el sofá con la televisión encendida y le pregunta:
¿Papá, cuánto dinero ganas en una hora de trabajo?
El papá mosqueado por despertar de su siesta le dice a su hijo.
¿Para qué me despiertas? Vengo muy cansado del trabajo y ya sabes que no me gusta que me molesten y mucho menos para tonterías.
En esto que el niño vuelve a insistir.
¿Papá anda dime lo que ganas en una hora de trabajo?, por favor.
El papá con tal de que le dejase en paz su hijo le dice.
Mira gano 20 € por cada hora de trabajo y ahora estoy muy cansado, así que por favor, vete a jugar a tu cuarto.
El niño se fue a su cuarto y al rato volvió para preguntar a su papá.
¿Papá me podrías prestar 7 €?
El papá con voz enfurecida le dijo a su hijo.
¡Ahh! Bribón, es por eso que te interesaba tanto saber lo que gano en una hora, sólo piensas en ti, te estás volviendo un egoísta, anda vete a jugar a tu cuarto y no se te ocurra molestarme más.
En eso que el niño se fue llorando a su cuarto y su papá quedó viendo la televisión, pero no estaba muy tranquilo, en el fondo su hijo no era malo y si necesitaba esos 7 € quizás era por una buena razón.
El papá se levantó del sofá y se acercó al cuarto de su hijo y allí le dijo.
Bueno hijo, lo he pensado mejor y creo que te voy a prestar esos 7 € que me has pedido, sólo espero que los gastes en algo que sea necesario y no en tonterías, con esta crisis, cuesta mucho ganar este dinero que te dejo.
El papá se fue de nuevo a su sofá después de que su hijo le diera un beso y unas gracias llenas de sonrisa muy picarona.
El niño sacó todo el dinero que tenía en la hucha y lo junto con los 7 € que le había prestado su papá, cuando termino de contarlo, volvió al sofá muy feliz e ilusionado para decirle a su papá.
Papá, papá, toma estos 20 €.
El papá se quedo muy extrañado y le dijo a su hijo.
Pero si acabas de pedirme 7 € y ahora me das 20 €, vas a terminar por enfadarme de verdad, dime hijo, que es lo que pretendes.
Con una cara llena de esperanza le dijo a su papá.
Nada papá, había pensado que podrías venderme una hora de tu trabajo para que juegues conmigo.
Quiero dedicar esta historia a Jorge y Lucía para que nunca tengan que comprar mi tiempo, ellos saben que disfrutar con sus juegos no tiene precio.
Y también se lo dedico a todos los papás y mamás que con su santa paciencia vuelven a ser niños cada vez que juegan con sus hijos.
Plas, plas, plas.... genial!, aunque estoy segurísima de que ni a Jorge ni a Lucía les pasará eso nunca. Su padre tiene muy claras las prioridades :).
ResponderEliminarBuen inicio de semana.
Si juegan todo va bien.
ResponderEliminarUna historia genial que lamentablemente ocurre actualmente en muchos hogares.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Ellos saben muy bien como reclamar nuestra atención y nosotros debemos darnos cuenta por nuestro bien.
ResponderEliminarUn abrazo Senovilla
la verdad, que hay veces, que las cosas importantes de la vida no se le prestan toda la atención que requiere. y de lo que dejemos de hacer y de valorar ahora siempre nos acordaremos.
ResponderEliminarGuauuuuuuuuu Senovilla, como me he gustado esta historia, ojalá muchos papas pasaran por tu casa y siguieran tu ejemplo..
ResponderEliminarUn abrazote grandote para toda la familia, sois un ejemplo a seguir..
Genial, la inocencia de un niño y el amor hacia su padre unido a las ganas de compartir tiempo con él, dieron lugar a este pequeño milagro. Supongo que si yo fuera ese padre lloraría de alegria. Enhorabuena por esos hijos tan lindos que tienes.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gustó..
ResponderEliminary mis angelitos preciosos como siempre
Besos y abrazos, mi querido amigo :)
Querido amigo, esta historia es demoledora, un llmado de atención para los padres que piensas que con proveer a sus hijos de lso bienes materiales es suficiente.
ResponderEliminarUn beso
Preciosa historia Jose Antonio.
ResponderEliminarUn abrazo
Me imagino que esa es una de las mejores partes de ser padre, ¿no? El poder volver a ser un niño aunque sea sólo por un instante.
ResponderEliminarMe ha sacado una sonrisa el leerlo ^__^
Conocía la historia y me encanta, ahora que mis hijos están creciendo tengo la satisfacción de haber compartido muchas horas de juego con ellos, muchas tareas realizadas juntos. Seguiré aprovechando cada minuto.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola,
ResponderEliminarQue precisa historia.Los bienes materiales nunca podrán reemplazar la atención de un padre.
Me he dado una vuelta por tu blog y me ha gustado mucho.Espero que no te moleste que lo haya enlazado en mis páginas de interés.
Un saludo.
Gracias a todos por participar y estar ahí.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Sagitaire17 todo un honor y gracias por tu comentario.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lamentablemente la mayoría de gente no gana 20€ la hora,yo ni siquiera cobro eso bruto, en neto ni te digo.
ResponderEliminarMuchos de mis compañeros ya les gustaría llegar a la mitad de eso.
Pero suponiendo que gane 20€/hora, ¿quien trabaja por 20€? Todos nos levantamos muy temprano no por 20€, sino por asegurarnos que tendremos 20€ en la cartera, para asegurar la comida, casa, educación, ocio...
Gracias a dios tengo un trabajo que me permite esos (supuestos) 20€ y poder estar con mis hijos, se que desgraciadamente mucha gente a mi alrededor no pueden decir lo mismo, ganan 20€ menos que yo,o bien ganan muy poco y les obliga a estar fuera de casa todo el día, afortunado soy con mis 20€, afortunado soy con mis hijos y su compresión.
Es simplemente una Historia para meditar Carlos, muchos padres saben olvidan que lo importante es ser padres y eso conlleva mucho sacrificio que ni tan siquiera el dinero puede compensar.
ResponderEliminarNuestros hijos nos comprenden, mucho más de lo que nos imaginamos, pero siempre que les sepamos escuchar.
Un abrazo.
Es una pena pero cuántos niños de hoy que aparentemente tienen de todo,darían esos 20 € y más por compartir sus juegos con sus padres.
ResponderEliminarSiempre he dicho que la mejor herencia que me van a dejar mis padres son los recuerdos, lo que no se puede pagar con ningún dinero.
¡Bravo por tí y por Marta!
Besucos.