En Coruña del Conde, pueblo de Burgos, en 1.757 nació Diego Marín Aguilera, hijo de una familia que se dedicaba a la agricultura y a la ganadería.
Diego a la muerte de su padre, se encargo del cuidado de sus siete hermanos, por lo que su sentido de la responsabilidad y carácter emprendedor agudizaron su ingenio.
Comenzó ya muy joven a realizar pequeños inventos, con los que agilizar los trabajos del campo, tanto para él como para sus vecinos.
Entre ellos destacar un artilugio que mejoraba el funcionamiento del molino, que aún se conserva sobre el Arandilla, otro con destino a la máquina para batanes y otro para aserrar los mármoles de las canteras de Espejón.
Durante muchas horas de su vida, en el tiempo que dedicaba al pastoreo, observaba el vuelo de las aves, y su gran ilusión era volar.
Hasta tal extremo llevo esta ilusión que decidió crear un aparato volador.
Manos a la obra, se dedico el amigo a poner trampas para atrapar Águilas, Buitres y todo tipo de aves de rapiña, para obtener sus plumas y así poder vestir a su invento.
Estudió a fondo el movimiento de las alas y la cola de las aves, calculó las proporciones de peso de los cuerpos de las mismas y con la ayuda del herrero del pueblo, preparó un armazón con articulaciones de hierro de forja para las alas y unos estribos donde habían de ir embutidos los pies del piloto.
Así después de mucho trabajo que duró casi 6 años construyó un aparato volador, con el cual haría realidad su sueño.
Era la noche del 15 de Mayo de 1.793, cuando Diego acompañado de su amigo Joaquín Barbero y la hermana de éste, puso su gran avión de plumas en la peña más alta del castillo y desde allí con la luz blanca del plenilunio, emprendió su vuelo diciendo:
"Voy a Burgo de Osma, de allí a Soria y volveré pasados unos días".
Se lanzó al vacío y sorprendentemente, atravesó volando el rio. Cayendo en su otra orilla a unos 300 metros del punto de despegue.
Sufrió la rotura de uno de los pernios que movían las alas.
Al día siguiente de su vuelo, su hazaña fue comentada por todo el pueblo y alrededores, pero enigmáticamente se convirtió en mofa de todos, llegaron a pensar que estaba loco y quemaron su aparato volador.
Fue humillante para Diego y tratado como tonto por su propio pueblo, muriendo en 1.799.
El sueño de Diego era volar, su ingenio y persistencia hicieron que lo consiguiera con muchos años de adelanto, pero la incomprensión de sus vecinos hizo truncar su vida.
Era el primer vuelo conocido en España, maravilloso invento el de Don Diego, ¿se haría famoso?, ¿sería admirado?, ¿qué Enigma fue el que ocurrió para que sea un gran desconocido?
Es enigmático ver como muchos sueños que se hacen realidad son truncados por la incomprensión de los demás.
A Diego le quedo para siempre el recuerdo de su pequeño vuelo, pero le hundió el trato recibido por sus vecinos.
Es hora que desde aquí te rindamos este homenaje en tu recuerdo Diego el volador.
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Pero amigo, 220 años después estamos hablando de Diego, luego "cabalgaba"...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Así es amigo, cabalga en nuestros pensamientos, es el mejor homenaje que podemos hacer a Diego.
ResponderEliminarUn abrazo
Merecido homenaje, aunque tarde.
ResponderEliminarLa historia está llena de personas que como Diego, quisieron poner en practica sus sueños pero siempre surje alguien dispuesto a cortarle las alas.
Pero casi todos los inventos surgieron de mentes maravillosas, a los que tomaron por tontos o locos.
Saludos amigo.
Ines que gran personaje tuvo que ser este Diego y que mal lo tuvo que pasar cuando la gente se reía de él.
ResponderEliminarUn abrazo