Cuanto más deseas aprender en esta vida más sabio te vuelves, por ello que los pequeños de la casa son esos pequeños sabios que se permiten el lujo de enseñar cada día a sus padres lo que es la generosidad y el valor del arrepentimiento.
El otro día Jorge tuvo elecciones de delegado en clase y estaba muy contento por los votos que había recibido tras aprender a hablar en público para exponer su candidatura.
Ciertamente no entendía porqué tanta alegría si no había conseguido ser delegado ni subdelegado ya que contaba haber quedado tercero.
- Papá los que han salido se lo merecían además yo les he votado a ellos y en el orden que lo hice así salieron por lo que estoy muy contento.
Más tarde seguía estando excesivamente feliz y yo pensé que se trataba de que eso de hablar en público con un discurso "político" se le había dado muy bien, pero no, su felicidad resultaba de que él había podido quedar segundo si se hubiera votado a sí mismo.
- Jorge medita, si de verdad deseabas ocupar esos cargos en la clase te tendrías que haber votado a ti mismo en vez de a los que han salido elegidos.
Por unos momentos pensé que el arrepentimiento de lo que hizo le serviría como lección, pero NO, amigos la lección como ya es habitual me la dio él a mí.
- Papa, votarse a uno mismo es una tontería muy grande es mejor votar por los que uno cree que deben ganar y confías en que lo harán bien, además si me hubiera votado a mi mismo no me gustaría saber que ese fue el motivo de ganar.
- ¿Pero Jorge y si ellos han ganado por votarse a sí mismos?
- No pasa nada papá, es que seguro que estaban más convencidos que yo de que eso de ser delegado de clase lo van a hacer muy bien.
Hoy tras esta sabia lección aprendida de un inocente que le llegará el día en que la bondad de su corazón y razonamiento le pueda doler más de lo que se imagina me acordé de una bella historia que hoy le quiero regalar en este post.
Cuentan que un monje peregrino encontró una piedra preciosa en su camino y que la guardó en su mochila sin darle la mayor importancia, así siguió su camino durante días sin encontrarse con nadie y sin valorar la cantidad de dinero que valía aquella joya.
En el camino al fin se encontró con otro peregrino que le pidió un trozo de queso para comer, al abrir la mochila este vio que el monje tenía una piedra preciosa y se la pidió como regalo. El monje le dijo "bien, llévatela" y así lo hizo el desconocido.
Pasaron los días y el monje sorprendido coincidió en el camino con aquel desconocido de nuevo, este le dijo: "Llevo días buscándote y a pesar de que soy sabedor de que esta joya hubiera solucionado mi vida sólo deseo devolverla a cambio de que me des algo más valioso que posees".
¿Y qué es lo que quieres, espetó el monje?
Dame por favor, dijo este desconocido, aquello que te permitió desprenderte de esa joya tan valiosa para dársela sin más a un desconocido.
La generosidad es lo más valioso que podemos aprender y enseñar y estos pequeños sabios que son nuestros hijos lo hacen a diario, valorando por momentos lo bueno y lo malo de ser generosos, pero al final sin arrepentimientos por lo que esa generosidad aún es más valiosa.
Todo lo que hoy les he contado me apetecía mucho hacerlo porque aún recuerdo cuando siendo niño yo también era tan generoso con todo, tal como lo son ahora mis hijos y me pregunto seriamente ¿Me hizo cambiar la vida o me volví sin querer menos generoso?
Creo que es la vida la que nos cambia, poco a poco y golpe a golpe, la que nos obliga a ser egoístas con nuestros semejantes.
Los cuentos,cuentos son....Eso esta muy bien,pero no deja de ser un cuento con moraleja final.Cuando pase el tiempo y segun valla creciendo el niño se volvera como los demas...Porque con una cosa intangible como es un voto pues vale,sera igual cuando sea una cosa tangible??? Espero que obre segun le dicte la conciencia.Porque nosotros que ya nos afeitamos,damos todo lo que tenemos a los demas que estan mas necesitados que nosotros???
ResponderEliminarUn abrazo y que conste que yo nunca me votaria a mi pues yo considero que siempre hay alguien mejor que yo....
Gonzalo sí por tener que afeitamos sabemos que aún su inocencia está virgen y que les llegará ese indeseable día en que todo cambia poco a poco y cierta maldad ensombrece nuestro corazón.
ResponderEliminarYo también me hubiera votado a mi mismo, lo tengo claro, pero después de su reflexión me tengo que quitar el sombrero por conservar aún intacta su forma de entender el mundo.
Espero seguir aprendiendo de ellos cada día amigo Gonzalo y aún recuerdo este vídeo que ya tiene unos cuantos años de Jorge:
http://www.youtube.com/watch?v=vRYohZrjBH0&feature=player_embedded
Y también este otro de Lucía que es de la misma época:
http://www.youtube.com/watch?v=UxVGVkdlDH8
Cada uno a su manera con cosas tangibles amigo Gonzalo tienen aún el corazón limpio.
Nosotros los que nos afeitamos le damos muchas vueltas a eso de la solidaridad con los demás y quizá sea la propia sociedad o la cantidad de veces que hemos visto mancillada nuestra actitud la que nos hizo perder esa sabiduría que tan solo un niño sabe demostrar.
Un abrazo amigo.
Que tengan el corazon limpio toda la vida....porque la vida no te da ningun deterjente para limpiar corazones.
ResponderEliminarYo no me maravillo de esas cosas porque se que tarde o temprano se volveran como somos nosotros y lo se porque crie dos hijos,el tiene 32 y ella 27,y esa inocencia se pierde con las ostias de la vida como la perdera mi nieto el dia que crezca.Te llevo unos años de experiencia en esto...
Abrazos
Qué bonito Jose, yo no creo que tengan que perder forzosamente esa generosidad que ahora poseen, creo que todo está en lo que aprendan en casa....
ResponderEliminarBesotes amigos y que paseis toda la familia un estupendo fin de semana TQM mi niño,
Sí Gonzalo, soy consciente de que ese momento llegará, pero mientras llega prefiero pensar que está aún muy lejano.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Roscanaria se acaba perdiendo pues como bien dice Gonzalo la vida es así de dura y nos hace cambiar a todos para estar en un mundo que sería distinto si todos fuéramos como los niños de sabios.
ResponderEliminarUn abrazo querida amiga.
Ser buena persona es uno de los mayores dones que te puede dar la vida. Una gran fortuna que no está al alcance de cualquiera. Así que... enhorabuena por lo que te toca.
ResponderEliminarUn saludo.
Se de una niña que un día, la que sería la comida de sus padres que se iban todo el día a trabajar al bosque,se la dió a los niños de los vecinos.Ella no recuerda este hecho aunque tiene recuerdos de su bisabuela cuando ella tenía dos años.Pero su familia se encargó de repetirle esta acción muchas veces asegurándole que nunca tendría nada pues nadie se hace rico regalando las cosas.
ResponderEliminarElla creció y pensaba que nadie tenía algo que ella quisiera,pero un día se dió cuenta que había personas que habían sido pobres de bienes materiales pero dejaron una huella imborrable en las personas que tuvieron la suerte de conocerlos. Conseguir eso no es fácil porque requiere grandes dosis de generosidad y una inteligencia suprema para comprender. Otra cosa que le causó admiración fué la facilidad de algunas personas para crear e interpretar el lenguaje universal de la música.
Hoy, ella sigue sin tener nada de valor, pero disfruta de la música y de algunas cosas hechas con inteligencia.
Y es cierto que los niños nos dan lecciones constantemente .
La esencia no la perdemos nunca pero si nos vamos matizando y perfilando con el paso de los años.
ResponderEliminarDe pequeños las obligaciones y preocupaciones no son comparables con las del día a día de un adulto y esto supone que la decisión de jorge para ser o no delegado de clase no sea la misma en unos 30 años si está luchando por sacar su proyecto adelante en competencia directa con otro compañero... o quizás si, quien sabe.
Quizás, si el entorno y el momento en el que estamos no nos influyese y no nos obligase a ser competitivos no perderíamos la candidez de cuando éramos unos muchachos... aunque siempre habrá muchachos que no crezcan ;)
La vida nos va fortaleciendo y vamos ganando en experiencia, pero ¿a qué precio?
ResponderEliminarVeo tu cara cuando tu hijo te dio esa respuesta y me siento en tu lugar.
De todas maneras, pienso también que forma parte de la educación en valores que le has ido inculcando.
Feliz fin de semana.
Cayetano gracias pero creo que a mi me toca poco,ja,ja,ja el mérito es de ellos y sus cambios serán culpa de todos nosotros, miedo va teniendo uno a ese cruel momento en que la inocencia va desapareciendo y comienzan a entender de que va eso de la vida dura y cruda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ines que historia más tierna y bonita, esa niña es toda una lección y apreciar lo que nos aportan los demás sin tener en cuenta lo material es algo impresionante y por desgracia a veces tan poco valorado.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por compartir esa historia.
Yiya es cierto que la competitividad es esencial en el aprendizaje pero no todas las metas se deben alcanzar pisando a los demás que es a lo que nos acostumbra esta sociedad.
ResponderEliminarCompetir para ganar es lo mejor de lo mejor pero siempre tiene que estar en nuestra cabeza que cualquier precio para conseguir algo no vale o no debemos estar dispuestos a pagarlo.
Creo Yiya que sí que crecemos y nuestro corazón cada vez se vuelve más áspero, lo bueno es que cuando aprendemos nuevamente esa generosidad que nos enseñan los niños es como una capa de suavidad que nos impregna de nuevo nuestras futuras acciones.
Un abrazo
MP Moreno comentas lo de los valores y creo que das en el clavo, en casa aplicamos al máximo la democracia y votamos casi todas las decisiones juntos y antes valoramos lo bueno y lo malo de ellas, todos juntos y creo que eso les enseña un poco a entender que a veces se gana y otras se pierde pero que hay que ser muy sinceros a la hora de votar lo que uno piensa que está bien.
ResponderEliminarSí se me quedo cara de circunstancias,ja,ja,ja quedó claro que ese refrán de que nunca te acostarás sin saber una cosa más con los niños se cumple.
Un abrazo