Nos encontramos en la fabulosa década de los 60 que muchos recordamos por su buena música y aquella llegada del hombre a la Luna, pero hubo un experimento que realizo un psicólogo de la Universidad de Yale que demostró como ciertas situaciones pueden imponerse a la conciencia individual.
El experimento era sencillo con un ratio de voluntarios de todos los estamentos, estos tenían que actuar como profesores de una alumno que no podían ver pero sí escuchar, si este alumno se equivocaba los voluntarios darían una descarga eléctrica que iba desde los 15 voltios hasta los 450, siendo avisados de las consecuencias de estas descargas sobre el alumno.
Ciertamente las descargas no se producían, eran fingidas, el alumno al que no se le podía ver pero sí escuchar fingía los gritos de dolor a partir de los 180 voltios, a los 300 se negaba a seguir aprendiendo en el experimento rogando que se parase y a los 330 sólo se oía silencio, pero amigos el 65 % de los voluntarios llegaron a los 450 voltios de castigo a pesar de que estos voluntarios estaban avisados de que los daños podrían conllevar hasta la muerte en su alumno.
El secreto de este experimento estaba en un hombre con bata blanca que era el experimentador y aplicaba sobre los voluntarios una especie de obediencia ciega a la que un 65% como les cuento sucumbieron sin moral alguna sobre el sufrimiento de su alumno que recibía la máxima descarga a pesar de parecer bellas y estupendas personas.
Milgram escandalizó con este experimento a toda la comunidad científica por la falta de ética demostrada en los resultados tan desoladores para el ser humano, era una forma de entender porqué ocurrió el Holocausto o lo que ocurre en ciertas algarabías en la que gente "normal" pierde los papeles de su propia voluntad.
Realizó este psicólogo más experimentos y llegó a comprobar que la distancia entre el alumno y el voluntario era crucial para llegar a esas cifras ya que si este actor-alumno era visto o tenía algún contacto durante el experimento los ratios bajaban al 30 % de los que llegaban al final de esos 450 voltios de castigo., pero si por el contrario en vez de ser el propio voluntario el que hiciera las preguntas al alumno y estas eran hechas por el hombre instigador de la bata blanca el 90% de los voluntarios concluía el experimento.
Años más tarde en otros países se ha realizado el mismo estudio que el del doctor Milgram con resultados muy similares y tan escandalosos como suenan, somos obedientes y perdemos nuestra propia voluntad ante un instigador.
Vivimos momentos convulsos en nuestra sociedad hay un exceso de hombres con bata blanca que nos instigan a ser obedientes y no tener voluntad propia en nuestras ideologías hasta dejarnos sin tan siquiera un ápice de moral en nuestras palabras o actitudes.
Vemos como estos instigadores son algunos periodistas que dedican su poder de convocatoria para afianzar sus ideologías e imponerlas sobre los demás, ciertos políticos que a base de promesas imposibles nos hacen creernos importantes e invencibles, hasta en este mundo digital hay hombres de bata blanca en sus blogs que a muchos les hacen perder su voluntad y por desgracia cierto afán de protagonismo twittero que nos deja a bellas personas sin moral y los convierte en corderos obedientes, más que nada por el que dirán los que me leen.
Cuando uno se pregunta porqué ocurren ciertos acontecimientos o movimientos sociales que a veces terminan mal, uno recuerda aquello que estudió sobre Milgram que lo explica muy bien, somos obedientes y creo que en exceso, espero encontrarme en ese 35 % que no sucumbe nunca a perder su voluntad, digan lo que digan y espero y deseo que ustedes también estén en este ratio en el que ningún manipulador les pueda influir en sus ideologías, su moralidad y su ética.
Para saber más pueden visualizar el siguiente vídeo sobre este experimento.
Joder, parece mentira como somos... yo por menos de veinte euros ni me lo pienso!
ResponderEliminarUn saludo Jose ;)
Ja,ja,ja, lo que somos capaces por dinero ;-))
ResponderEliminarUn abrazo.
Uff!!, que chungo.
ResponderEliminarY que cierto amigo,
ResponderEliminarUn abrazo
Lo saben ,saben que somos fáciles de manipular y que muchas veces no tenemos criterio propio.Lo vemos a diario en las noticias...una persona que es incapaz de matar una mosca y sin embargo va con un grupo y agreden a alguien solo porque el cabezilla del grupo lo dice ¿Por agradar al jefe del grupo? Tal vez...Y así continuamente.
ResponderEliminarInes, así es lo saben y consiguen sus objetivos.
ResponderEliminarUn abrazo.
A ese 65% se les llama borregos porque de esos hay un monton de hecho 65%.Cuando pienso,porque yo pienso,que el que creo al ser humano se equivoco al hacerle el cerebro tan complejo no iva muy descaminado.
ResponderEliminarYo no se donde estoy pero una cosa la tengo bien clara cuando hago una cosa mido las consecuencias..
Abrazos y a ver si bajais el peaje de las autopistas porque 2,05 euros por nada es mucho.
Amigo Gonzalo borregos pero humanos y al final son mayoría por desgracia.
ResponderEliminarUn abrazo amigo y sí aquí todo anda muy caro...
"la distancia entre el alumno y el voluntario era crucial" La distancia entre el asesino y el asesinado en los campos de concentración nazis era crucial, un tablón con un agujero a la altura de la cabeza.
ResponderEliminarEspeluznante, hasta donde puede un humano someter a otro.
Feliz fin de semana :)