Muermo esa curiosa enfermedad Política

Los amantes del campo saben que el muermo es una enfermedad equina y que se extiende en algunas caballerías sin compasión al ser muy contagiosa resultando tan peligrosa que puede llegar a afectar a los seres humanos.

Síntomas evidentes de inflamación en las glándulas nasales con la aparición de úlceras o llagas en la zona del hocico de los equinos que junto a unos mocos evidencia que ha llegado el muermo.

Durante un tiempo estos animales infectados se quedan postrados sin poder apenas mantenerse en pie causando la impresión de que sufren aburrimiento o apatía.

Hoy les traigo esta historia a colación del muermo como esa curiosa enfermedad política que se está extendiendo sin compasión en nuestra querida España.

La situación económica actualmente es inaguantable, las llagas y úlceras están dispuestas a llegar al tuétano de nuestras vidas y tenemos inflamadas hasta nuestras partes más íntimas de comprobar que la enfermedad está siendo contagiada de político a ciudadano en cada noticia que leemos.

Apatía y aburrimiento es la única solución que nos dan junto a unas tijeras que cada vez cortan con más discreción sin saber que cortar el poco tejido sano y productivo que nos queda no llevará a una muerte segura como país.

Veo a los políticos últimamente con un muermo insoportable carentes de ideas con mucha palabrería aburrida y postrados en posición de rindan honores a una crisis que se ven incapaces de vencer, sueñan despiertos con que otros vendrán que nos salvarán y no se dan cuenta que la única salvación real es que despierten de este letargo, se limpien bien esos mocos que les cuelgan por la enfermedad de desidia que padecen y se pongan a trabajar.

Ideas y gente dispuesta a luchar hay muchas pero la enfermedad les impide escuchar y este es un síntoma nuevo en el muermo ya que ahora resulta que en los políticos también afecta al aparato auditivo, además son incapaces de pensar en lo que el pueblo les reclama en cada llanto de desesperación por lo que también intuyo que les comienza a los políticos a ulcerar el cerebro.

Malo es el muermo y peor es no curarse por dejadez pretendiendo contagiar a todos los ciudadanos con una apatía conformista y un aburrimiento nunca conocido en un país Mediterráneo que siempre esbozaba una sonrisa.

Mi deseo es que la sociedad no acabe amuermándose ante la falta de seriedad política y pongan estos políticos soluciones adecuadas que nos hagan vivir estos tiempos de recuperación con un mínimo de dignidad y sobre todo nos devuelvan la ilusión que realmente es bien barata.