El Congreso, su obra y la poca gracia que Hace

Era el 10 de Octubre del año 1.843, una niña que se comprometía a ser mayor de edad con tan solo 13 años llegó a un descampado portando una caja de plomo que contenía diversas monedas, un ejemplar de la Constitución de 1.837, varios periódicos del citado día y varios miles de invitados que acompañaban ante la puesta de la primera piedra que se hizo con una paleta de plata y que también se introdujo en la caja de plomo tras usarla con destreza en el primer cimiento.

Hablamos de Isabel II una niña que ya se convertía en Reina como se indicaba en una frase grabada en la paleta que les he comentado que reza así: Doña Isabel II, Reina Constitucional de las Españas, usó esta paleta en el solemne acto de asentar con sus reales manos la primera piedra del Congreso - 10 de octubre de 1.843, cumpleaños de Su Majestad.

De Isabel II poco les voy a contar hoy, sería demasiado extenso y comprobaríamos las barbaridades que se cometieron en nuestra historia pero sin duda aquella primera piedra creó un Congreso que a día de hoy protagoniza nuestro ir y venir en una sociedad que libremente decidió que allí se gestara siempre nuestro futuro, se arreglara nuestro presente y se quedara constancia de los errores del pasado.

Son hoy 4,5 millones de euros los que se van a emplear en restaurar el Congreso y en una época de grandes recortes y singulares sacrificios impuestos por nuestra clase política y su mal hacer ante una crisis mundial nos hacemos ciertas preguntas en alto.

¿Es tan urgente realizar estas obras, o pueden esperar un par de años en que nuestra economía sea más holgada?

¿No se dan cuenta los políticos que muchos ciudadanos son sacrificados a la más ruin de las miserias por el exceso de gasto que se ha realizado en España estos últimos años y justificar la urgencia de esta obra sería prioritario?

El dinero empleado son 4, 5 millones que resulta ser la paga extra de aproximadamente 4.500 funcionarios a los que se les exige sacrifico, ¿Está entonces justificado este gasto por la urgencia de la obra o simplemente es otro gasto más que hay que hacer aunque los ciudadanos estén hastiados?

Y por último con aún más seriedad me pregunto ¿Dará tiempo a realizar esta obra o algunos manifestantes conseguirán su objetivo de convertir este lugar de convivencia en un solar al amparo de una justicia que nadie acaba de entender?

Vuelvo atrás con mis pensamientos y con la imaginación visualizo a aquellos miles de invitados que acompañaban a esa niña convertida en Reina para dar comienzo a una nueva etapa social que tardó mucho en obtener los frutos de las libertades y derechos que hoy disfrutamos.