Les comentaba el otro día que este viaje me está llenando el alma con un recorrido que no deja de sorprenderme, hay mucha gente maravillosa en la blogosfera y hoy tengo el honor de que una de esas personas que me han impactado por su buen hacer con la pluma, con el verbo y sus historias, tenga a bien estar en este humilde rincón, les presento de nuevo la Factoría Navarro y les traigo con su aporte al propio Mauro para que nos cuente Algunas Confesiones Nocturnas.
Creo que tras la siguiente lectura en la que Mauro se desnuda para los lectores, seguro que ustedes se hacen seguidores de su rincón
Amo la risa, me encantan las personas que se ríen por cualquier cosa, aquellos que dibujan en su cara una sonrisa ante la adversidad, aunque yo no pertenezca precisamente a esa estirpe.
En cambio soy un soñador empedernido, sueño despierto y vivo en Babia y es así como viajo a lugares desconocidos y sueño con ser lo que nunca fui, ni seré, pero qué más da.
Me gusta perdonar, pues no entiendo la vida sin perdón, al igual que no la comprendo impregnada de rencor, total pienso, para que odiar si este camino es muy corto.
Con los años estoy aprendiendo a relajarme, a disfrutar de lo pequeño, de las pequeñas cosas que la mayoría no ve o ignora: la brisa de la mañana, los días soleados, las tardes de lluvia, en fin, tantos pequeños tesoros.
Ahora estoy aprendiendo a pedir ayuda aunque me costó demasiado. Es tan gratificante bajar los peldaños de la escalera de la prepotencia y decirle a una mano amiga: estoy jodido, échame una mano, no puedo más y en contraposición, colma tanto de alegría el hacer un favor que cada vez deseo más que me los pidan.
Me gusta además expresar lo que siento y ello me acarrea multitud de problemas, porque siempre carecí de la mesura necesaria que indique lo que debo decir y por el contrario aquello que debo callar, y la vehemencia en mis exposiciones me acarreó problemas y males, pero supongo que así fue y así seguirá siendo, que le vamos a hacer sí seguiré diciendo lo que pienso.
Dicen que es bueno romper hábitos, pero a mí me cuesta infinito renunciar a las preconcebidas costumbres: los vinitos a tal hora, la charla con los amigos, la dormida siestecita y leer, ante todo leer un buen libro.
Mi amiga Mise, bibliotecaria del pueblo ríe cuando le digo que no se puede leer cualquier cosa. Calcula, le digo, los libros que te quedan por leer hasta el fin de tus días y no te saldrán más de trescientos, así que elige con cuidado porque son miles los que te quedarán por leer, y millones las cosas que te quedarán por aprender.
Tengo dos hijos que son mis dos soles, Adrián de dieciséis años y Amparo de doce, que a veces como padre tardío que soy, cargo con cincuenta, me sacan de mis casillas.
Me enfado, voceo y después me digo, sonríeles, habla con ellos, cuéntales tus cosas y ellos te contarán las suyas. Me gusta cantar en la ducha, sobre todo y ante todo al Sabina y a Serrat, en cambio bailar me vino largo.
Por ello en mis años mozos, destrocé la barra de las discotecas y tal vez por eso, porque acodado en ellas escuchas y te escuchan, aprendí ante todo el arte del palabrerío; reconozco que hablo como un papagayo y cargo con el sutil defecto, que voy puliendo con los años, de tener poca capacidad de escucha.
Por último y antes de decir hasta la próxima, señalar, aun pecando de presuntuoso, que me encanta recibir un cumplido, esa palabra amiga que dice "esto querido Mauro, lo bordaste" porque para que engañarnos ¿a quién no le halaga un halago? y a la vez, quien no se siente satisfecho con un reconocido agradecimiento, por ello a la vez que me gusta cumplir aquello que prometí y terminar todo aquello que deseo realizar, no entiendo, ni entenderé a todo aquel que dice se aburre, porque al menos para mí no existe el aburrimiento y tengo la fiel certeza de que esa palabra vana está borrada de mi pensamiento, porque si algo tengo claro en este existir cotidiano es que a lo largo de mi vida me han de faltar demasiados días para realizar todo lo que quise ver consumado.
Todo un honor como les contaba, tener a Mauro Navarro en este rincón.
Gracias Jose Antonio por descubrirme tantos bonitos rincones como el de Mauro, que por sus confesiones nocturnas y su blog el cual acabo de visitar, no cabe duda de que es una persona de gran corazón, como tú.
ResponderEliminarUn abrazo para ambos.
Me ha encantado la confesión nocturna.
ResponderEliminarUn abrazo a los dos
Confesiones, sentimientos, deseos, sueños... ¿Alguien da más?
ResponderEliminarUn abrazo a los dos.
Conocí a Mauro y su Factoría Navarro a traves de tu peregrinaje por su blog, que me parece un sitio maravilloso.
ResponderEliminarComo maravillosa es esta Confesión Nocturna!!
Afectuosos saludos a ambos!
Lau.
Gracias amigo Senovilla, con el alma y el corazón por los halagos que me brindas. Y como bien digo en el escrito que ¿a quien no le halaga un halago?, halagado me siento e inmensamente agradecido, porque en una sola semana han crecido, y de que manera, esas ventanitas en las que los blogueros vemos las caras de nuestros sufridos seguidores,gracias a tu inestimable ayuda, y que vienen a ser el premio a la constancia en la tarea de la escritura. Sigo sin explicarme tu grandiosa capacidad para llevar esta tarea que te has impuesto llevar a buen puerto y aquí tienes a un amigo manchego para lo que puedas gustar. Un abrazo y a seguir con el camino.
ResponderEliminarQuerido Mauro eso que cuentas forma parte de esta iniciativa, que vayamos todos descubriendo nuevos rincones, gente que está ahí y parece que pasa desapercibida hasta que la descubrimos y forma parte de nuestro mundo.
ResponderEliminarEs un gran placer para mí que la iniciativa en ese aspecto funcione, aún le queda mucho para triunfar (en ese aspecto), pero al finalizar el camino veremos los resultados finales, ya que los blogs están muy vivos y cada día puede aparecer un amigo nuevo en un post antiguo.
Y por otro lado la gran satisfacción que no es halago de haberte encontrado, seguro que disfrutaré mucho con tus escritos, me has recordado al bueno de Manolo que con la pluma bien alzada contáis todo de maravilla.
Un abrazo agradecido y a todos los que a tu rincón han acudido.
Llego tardisimo. Lo sé. A Mauro yo le vi primero, jaja. No. El me vio a mí :)¡Bendito el día! y que deliciosa expresión esa de "el baile me vino largo" ;)
ResponderEliminarUn abrazo bien grande que os abarque a los dos...no, no quiero decir que estéis gordos
Me había perdido esta entrada maravillosa. Quedo impresionado con la manera de escribir de Mauro al mismo tiempo que me veo reflejado en muchas cosas en las que se describe a si mismo... salvo, en lo de que con los años he aprendido a relajarme jajaja, en mi caso es más bien al contrario.
ResponderEliminarUn abrazo amigo, que aunque hace mucho que no escribo en este lugar, jamás dejo de visitar ni entrada sin leer.
Manolo este amigo me ha recordado mucho a ti, por muchas cosas y si le sigues verás que es tan "apasionado" como tú.
ResponderEliminarUn abrazo para todos los que han comentado.