Esta vez nos vamos de viaje en el tiempo a la época nazi de aquella Alemania del año 1.933, estamos en el mismísimo Parlamento alemán llamado El Reichstag que comienza a arder dejándolo en cenizas en menos que canta un gallo.
El fuego fue intencionado aunque a día de hoy se desconozca con garantías al autor o autores del mismo, pero en aquellos instantes fue detenido un comunista al cual se le acusó de esta felonía pirómana.
Como os cuento era comunista, así que fue la excusa perfecta para que aquellos nazis dieran rienda suelta a sus propósitos y se procedió a detener a todos los cabezas visibles de aquel partido y llevarlos a un juicio sumarísimo.
Hitler no desaprovecho la oportunidad para destruir la democracia cambiando la constitución radicalmente, en especial aquellos artículos que defendían los derechos humanos, la libertad de reunión, de asociación y de opinión, se procedió en aquel entonces a que el pueblo se quedara sin opinión propia ya que hasta la libertad de prensa desapareció.
Las cartas estaban echadas, así que aquellos nazis comenzaban a conseguir sus propósitos que nos llevarían más adelante a la Guerra más cruel que ha conocido el hombre, la Segunda Guerra Mundial.
El Partido Nazi comenzó a detener a todo aquel que le venía en gana, a todo el que ostentaba algo de libertad u opinión, por ello las cárceles alemanas se estaban quedando pequeñas para albergar a tanto detenido y se creó el Primer Campo de Concentración Alemán y luego otro y otro, así que cuando comenzó la guerra eran unos expertos en como apilar seres humanos en condiciones inhumanas.
Aquellas llamas fueron el detonante de que Hitler y su partido llegasen al poder totalitario apoyados por todos los que se creyeron esa conspiración comunista protagonizada por un albañil al que seguramente le gustaba más una cerilla que comer pipas, pero el significado de ver un Parlamento en llamas consiguió millones de adeptos al nuevo dictador-canciller y dio rienda suelta a su ambición de exterminar a todos los que pensaban diferente.
A día de hoy el Parlamente Español está con unas medidas de protección inusitadas e incomprensibles en un Estado de Derecho y es que se tiene miedo a una Marea Destituyente promovida por incautos e inconscientes ciudadanos que ven el las Redes Sociales la bicoca del protagonismo escénico.
Muchos acudirán en septiembre al calor de una manifestación quizás justa y necesaria a manifestar su desacuerdo con las actuaciones económicas de este Gobierno actual, algunos los más atrevidos querrán llegar más lejos y esperemos que esos pocos más alocados no inciten a pasar la línea que nos da la libertad de convivir en un Estado de Derecho en el que aún hoy se respeta la libertad.
El miedo en España está servido y se juega con el pueblo para derrocar un sistema que no tiene opciones de sustitución, a pesar de que muchos inconscientes alentados por las fantasías peliculeras deseen en septiembre que arda en llamas hasta lo más sagrado de nuestra Constitución.
La historia es una cicatriz en nuestro ADN, pasar unos minutos leyendo y acariciando aquellos tiempos pasados es la mejor forma de entender que circunstancias pueden causar el devenir de nuestro futuro y demostrarnos que siempre tenemos que ser consecuentes con nuestros actos.
No me parece que se llege a esa situacion apocaliptica que describes.Porque el gobierno tiene el problema y la solucion....El problema lo tiene por apretar siempre a los mismos siguiendo lo designios de los mercados,digo Alemania,y la solucion la tiene repartiendo equitativamente esos recortes,no es normal lo que esta haciendo...pero ellos tiene la solucion.Un ejemplo un funcionario puede cobrar 1100,1200..euros por hacer que la administracion funcione.Cuanto cobra un diputado,senador,alcaldes,concejales,asesores,cargos de confianza y un largo etc,por hacer que esto se hunda? Porque ellos lo estan hundiendo,no los medicos,pensionistas,parados,obreros,funcionarios y un largo etc,que trabajan para que esto salga flote y encima les joden..
ResponderEliminarUn abrazo amiguete y ya te dige esto es el paraiso el calor paso de lado...ahora llueve.
Muy buena tu descripción José..! Pero hoy son muchos los que levantando la bandera de la democracia imitan bastante al régimen nazi.. En mi país - Argentina - siempre buscan culpables en el exterior.. pero dentro de nuestra misma Patria están los verdaderos culpables..
ResponderEliminarTe pregunto: ¿No será igual en España?..
Un gran abrazo!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPues tendremos que ir con cuidado para no repetir la historia.
ResponderEliminarMeses atrás, Fernadez Diaz, el ministro del interior, con la excusa de los incidentes que hubo en Barcelona, propuso modificar el código penal para criminalizar incluso manifestaciones no violentas como por ejemplo las "sentadas" en la vía pública.
No hay mas que ver como Ruiz Gallardón ha mostrado su autentico "talante" democrático con sus propuestas al frente del ministerio de justicia.
No vaya a ser que con le excusa de la seguridad pública, nos encontremos mas recortes, pero en el ámbito de las libertades civiles, y ni siquiera nos dejen el derecho al pataleo.
Porque la cabra, siempre tira al monte.
Un abrazo, amigo mio.
Gonzalo aquí ya sabes, calor y piscina, piscina y calor ja,,ja,ja.
ResponderEliminarEn aquellos años pareció todo normal amigo mío, esperemos que sea todo el mundo consecuente de sus actos.
Un abrazo.
Albers sí, aquí es igual.
ResponderEliminarLos culpables son PPPSOE o PSOEPP, dan igual unos y otros, los ciudadanos estamos hasta el gorro.
Un abrazo.
Rodericus así es amigo los barros llegan de unos lodos...esperemos que todo sea como siempre una jornada más...por el bien de todos.
ResponderEliminarUn abrazo.
La impactante imagen del Parlamento blindado por medidas de seguridad fuera de lo común dice más de las lesivas medidas que el actual gobierno está adoptando para el grueso de la ciudadanía y de su incapacidad para hacer frente a los acuciantes problemas del país, que de una hipotética reacción desmedida y furibunda de la sociedad española. El país tiene el miedo propio que genera la incertidumbre de no saber qué acontecerá mañana, cuando la bolsa vuelva a arrastrar cifras que paralicen los ánimos inversores de los accionistas. Y a eso se suman los temores de los empresarios que aún no han echado el cierre y acarician la idea de hacerlo y el pánico de los trabajadores a verse despedidos de la noche a la mañana, sin saber qué hacer con hipotecas y familias a su cargo.
ResponderEliminarEs lógico que el miedo se haya insertado en este país pero lo que carece de fundamento alguno es tratar de controlarlo mediante medidas represoras que limiten las manifestaciones de descontento al tiempo se incrementan la cargas impositivas sobre los ciudadanos con menos posibilidad de afrontar tanta sangría económica.
Llegados a este punto es preciso preguntarse qué hacer y cómo. El gobierno debería reflexionar en cuanto a la conveniencia de continuar con la misma línea de "austeridad desigual" porque un país arruinado y miedoso tiende a mostrar simpatía hacia planteamientos y formas de acción que en épocas de bonanza todos tildarían de disparatadas y peligrosas.
Temo tanto el ciego empecinamiento de los unos como la desesperanza de los otros. Veremos qué pasa en septiembre.
Me quedo con el brillante pensamiento que encabeza el último párrafo de tu entrada: "La historia es una cicatriz en nuestro ADN" Ojalá esté presente en la mente de quienes van protagonizar los episodios que están a la vuelta de la esquina.
Un abrazo tinerfeño
CC
CC, sí yo creo que la frase final es lo mejor de todo el artículo ;-)).
ResponderEliminarUn abrazo y que septiembre no sea muy "caliente".