Era el año 1.646 y el rey Felipe IV estaba necesitado de soldados para seguir la lucha contra la sublevación de Cataluña, sería en la Guerra de los Segadores que tanta fama y tantos recuerdos históricos nos cuentan hoy en día para ensalzar el pasado bajo los intereses del presente.
El ejército español de aquellos años estaba muy diezmado ya que como siempre nuestros soldados caían constantemente en batallas habituales por defender tierras que al final eran de todos menos nuestras.
Pero lo de Cataluña era grave y prioritario así que se intentó reclutar a todos los voluntarios posibles para hacer frente a los catalanes, los resultados fueron un desastre, no había voluntarios suficientes y era necesario tomar medidas drásticas.
Bien asesorado el rey Felipe IV se encontró que no había hombres dispuestos a voluntariamente defender su patria pero las cantinas y burdeles de Madrid estaban a rebosar al anochecer de cualquier día, así que se le iluminó la bombilla que todos tenemos escondida en la testa y decidió hacer una macroredada en aquellos antros.
Debió de ser una noche dura y larga, de cantina en cantina, de burdel en burdel, miles de hombres fueron detenidos, puestos los grilletes en los tobillos y metidos en cientos de carros con dirección al campo de concentración de ese futuro ejército que iría a luchar en Cataluña.
El pánico se cebó aquellos días en Madrid, los burdeles y cantinas que estaban siempre llenos aparecían vacíos, los habituales clientes estaban ya vestidos con el uniforme de las armas y los esporádicos clientes del alterne y sexo de pago tenían más miedo que el Carracuca y no acudían porque sabían que del Burdel a la Guerra había un polvo muy estrecho.
Evidentemente esto causó una crisis en el sector de la hostelería y el gran malestar en las Madames de turno hizo que se tardaran años en recuperarse de aquella decisión monárquica.
Hoy seguimos haciendo historia que nuestras generaciones futuras estudiarán detenidamente, lo bueno es que lo harán con mucho humor y menos guerras que recordar.
El humor es el mejor antídoto contra úlceras de estómago y otros males.
ResponderEliminarCariñoso saludo.
Fidel Castro se llevaba a los grupos de jóvenes que encontraba por la calle holgazaneando a trabajar para cortar caña de azúcar. En los burdeles, en las macrofiestas y en los botellones siempre hay abundancia de "mano de obra" joven.
ResponderEliminarUn saludo.
Je,je. La armada británica aplicaba el mismo sistema de reclutamiento. La zona de "pesca", eran la tabernas y los tugurios de Londres.
ResponderEliminarCuando se les despejaba la "mona" a los beodos, se encontraban en el sollado de un velero, escuchando los gritos de los contramaestres, y navegando por el estuario del Támesis rumbo a vete a saber donde. Y después de haber firmado un contrato de cinco años con la "Navy" de Su Graciosa Majestad.
El programa de humor "Polonia" es todo un clásico "incombustible" de la televisión catalana. Y te puedo asegurar, que si estas en la política catalana y no tienes una parodia en el "Polonia", no eres realmente nadie.
Se intentó hacer un programa parecido en Telemadrid, hecho por la misma productora. Pero hubo que suspenderlo a la segunda semana. Parece ser que a una tal Esperanza no le hacia ninguna gracia.
Un abrazo.
Ahora como no se lleva lo de las guerras, reclutan a las madres de muchos políticos ;)
ResponderEliminarUn abrazo.