El Pueblo decide siempre en todo, sí, no se extrañen ya que a pesar de todas las situaciones actuales tan poco agradables por las que atraviesa el ciudadano son decisiones tomadas por el pueblo.
Es evidente, en política mandan las urnas y en el deporte el espectáculo, así que como hoy no quiero hablar de política hablemos un poco de deporte, dinero y espectáculo.
Muchos están deseando que llegue el día del enfrentamiento deportivo entre le Real Madrid y el F.C. Barcelona que pueden disfrutarlo en un destino recomendado Madrid, allí estarán los tres mejores jugadores de Europa dándolo todo y son de los que más ganan en España deportivamente hablando, como es habitual se moverán muchos millones de euro salidos del bolsillo del ciudadano, pero vamos a ir un poco al pasado, viajemos al Imperio Romano.
En época del Imperio Romano uno de los deportes con más espectadores y que levantaba más pasiones era la carrera de cuadrigas que en un principio eran protagonizadas por aurigas esclavos que no eran ni ni bien vistos ni bien cuidados.
Pero el Pueblo decide y comienza a tener ídolos en el deporte, primero fueron los caballos que ganaban carreras y carreras levantando al público de sus asientos de piedra, los mejores pasaron a llamarse centenarios ya que poseían el récord de haber ganado más de 100 carreras; hubo uno que llegó a ser bicentenario y que se llamaba Pompeianus que fue recompensado con una de las mejores vidas que pueda tener un animal.
Tanto se apreciaban a aquellos caballos ganadores que su valor era una constante al alza y su vida llena de buenas montaduras con las mejores yeguas del Imperio Romano que daban buenos beneficios a sus propietarios.
Así comienzan a nacer paralelamente los ídolos humanos deportivamente hablando, los conductores de las cuadrigas, aquellos esclavos maltratados comenzaban a ser admirados por la cantidad de carreras ganadas, hasta conseguían tener un público fiel dispuesto a pagar un buen precio por entrar a verlos.
Y como siempre el Pueblo decide y comienza a dotar a las carreras de grandes y enormes premios en metálico para los que las ganen y así garantizar la asistencia a las mismas de los mejores aurigas del Imperio.
Al deportista que nace con la ambición de ganar y participar, lo mismo estaba en una carrera de provincias que en la misma Roma luchando por conseguir la satisfacción de ganar una carrera; el más famoso fue un tal Pompeius Musciosus que ganó 3.599 carreras, pedazo animal, perdón, pedazo deportista.
Otros deportistas vieron que al público
le gusta más el espectáculo cuando son los grandes los que luchan por llegar a la meta y que lo más importante no es la carrera en sí, más bien el premio que se obtendrá por ganarla, ahí tenemos a
Cayo Apuleyo Diocles que era de origen luso y que pronto conseguiría ser muy conocido en todo el Imperio por ser un
miliario, aquél que gana más de mil carreras.
Nacido en la Península Ibérica, lo que hoy es Portugal allá por el año 104, este hombre Cayo Apuleyo consiguió pertenecer a la élite de la sociedad romana ya que es el deportista mejor pagado diría yo que de la historia y ahora hacemos cuentas para comprobarlo.
Se sabe que participó en 4.257 carreras y que ganó unas veces en el equipo blanco, otras en el verde y las que más en el rojo, la cantidad asombrosa de 1.462, sin contar las que quedó segundo o tercero que como el Pueblo decide tenían también suculentos premios.
Los sueldos en Roma eran variopintos y no les contaré los del Imperio, me recuerda a la época actual de Europa en la que no gana lo mismo un alemán que un español o un griego lo mismo que un noruego, por ello que a groso modo el salario de medio estaba en aquella época entre los 700 y los 2.000 sestercios al año, igual que en la Europa actual, las comparaciones suelen ser odiosas pero ahí están para todos y si el Imperio se hundió no me extrañaría que Europa se hundiera cualquier día, pero he dicho que hoy hablaríamos de deporte, así que sigamos con los números.
Este Cayo Apuleyo, el auriga, tenía una fortuna tasada en 35.583.120 sestercios, y ustedes dirán ¿Pero entonces Pompeius Musciosus sería más rico? pues no amigos, este Cayo además de buen deportista era más listo que el hambre y sólo participaba en aquellas carreras que le permitían obtener el premio más grande del Imperio y además durante su vida deportiva fue traspasado de equipo, recuerden del blanco al verde y del verde al rojo con sus correspondientes fichajes, vamos que como hoy en día.
Cayo no fue más rico porque murió joven, a la edad de 42 años, si hubiera vivido diez años más su fortuna hubiera sido a buen seguro doblada y es que el Pueblo decide, es el que paga por visionar a los deportistas en el terreno de juego, el que crea ídolos, el que aporta premios y el que presume de tener a los mejores en su equipo.
Sí hijos míos, los deportistas hoy en día ganan mucho dinero, no tanto como en la época romana pero tal y como nos demuestra la historia lo ganan porque el pueblo así lo decide y el que os cuente otra milonga dice tonterías.