Ni por Dios ni por la Virgen quizás lo más importante siempre fue la fe, aunque esta fe no sea la estrictamente religiosa y simplemente se base en la confianza que uno tiene en sí mismo y en lo que hace.
Corría el año 1.585 estamos situados en la guerra de Flandes o la guerra de los Ochenta Años en un país que hoy se llama Holanda y allí estaban cinco mil soldados a las órdenes de un Maestre de Campo llamado Francisco de Bobadilla.
Su misión era defender la ciudad de Bommel que se encontraba rodeada por el río Mosa y el Waal, pero la situación era acuciante ya que la flota enemiga llamada Orange les tenía cercados y sin provisión alguna que pudiera llegar a nuestro glorioso ejército.
El almirante Holak jefe del ejército enemigo creyó que era una situación insostenible para aquellos hombres y que la falta de alimentos les haría sucumbir a una derrota pactada, pero se olvidó del famoso orgullo español.
Bobadilla contestó tajante ante la petición de rendición: Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra, después de muertos hablamos y pactamos capitulaciones.
Esta respuesta hizo cabrear a Holak que dispuso todo para arrasar con aquellos cinco mil hombres en una sola noche. Su estrategia había sido usada en anteriores batallas con gran éxito así que ordenó que se abrieran los diques de los río Mosa y Waal para que la defensa española sucumbiera ahogada y los sobrevivientes rogasen por la rendición.
Así lo hizo Holak, pero Bobadilla nunca perdió su ardor guerrero y ordenó a sus hombres que subieran al monte Empel, un pequeño monte que era lo más alto que había en aquellas lejanas tierras como único refugio a una muerte segura.
La leyenda comienza en esos momentos y cuenta que los soldados en su desplazamiento hacia el monte encontraron una tabla flamenca con la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción y que se la llevaron con ellos para celebrar una última misa en la que encomendar sus almas a los designios certeros de una muerte segura a manos de sus enemigos.
Toda la tarde noche de aquel día fue un infierno, cientos de zanjas se cavaron a modo de trincheras en espera de la subida de las aguas y la llegada de la flota Orange para darles muerte en una batalla desigual.
La misa comenzó a media noche, todos rogaban por sus almas ante la visión de una muerte certera, allí en el altar presidía la tabla flamenca de la Inmaculada a la que con fe pidieron el milagro de la salvación.
Lejos ya de la leyenda, aquella noche fue de las más frías del año y Bobadilla no paró de pensar en alguna estrategia para salvar su tercio, entrada ya la madrugada sus observadores le advirtieron de algo increíble, las aguas de los ríos se habían congelado y había una vía de escape que salvaría la vida de sus soldados.
El 8 de Diciembre Bobadilla decidió no huir y atacar por las aguas congelas del río Mosa a la flota enemiga que en ningún momento creyó posible tal situación y les pillo desprevenidos perdiendo la batalla más famosa para nuestro ejército de aquella tremenda guerra interminable que seguía hundiendo cada día más a nuestra ruinosa economía.
El almirante Holak ante tan abrumadora derrota y la casualidad de que el río Mosa tuviera tan inusualmente sus aguas congeladas dijo: Tal parece que Dios es español.
Es por ello que con historia y leyenda la Virgen de la Inmaculada Concepción es la Patrona oficial del Arma de Infantería del Ejército Español.
Todo esto ocurrió y lo ocurrido no fue ni por Dios ni por la Virgen, quizá aquella victoria llegó gracias a la fe, esa fe no religiosa pero sí constante que unos hombres tuvieron en sí mismos, en su valentía ante la situación más adversa posible y con la convicción que siempre es mejor la muerte que una amarga y humillante derrota.
En días como hoy que se acercan fechas importantes en la que Dios, la Virgen, la Fe y situaciones personales que atraviesa cada uno de nosotros hemos de creer en algo y por mucho que alcemos la voz contra lo que no creemos, debemos amarrar nuestras esperanza en la fe sobre nosotros mismos.
Puede que surja el milagro, puede que cambien situaciones, pero para sobrevivir siempre hemos de tener fe en que es mejor seguir siempre al frente, pase lo que pase y aunque suene a religioso eso de la fe, no se confundan, nada tiene que ver con la religión, la fe en uno mismo es su propia autoestima y perderla es la perdición del hombre.
Menua carreterita.Esos episodios de la guerra de Flandes los cuenta muy bien Perez Reverte.Ya he leido unos cuantos.Este no lo conocia...Hay veces muy pocas en que la tropa tiene buenos mandos ,pero en muchos casos los mandos pactan con los protestantes para joder a la tropa española,sufrida,orgullosa y valiente...
ResponderEliminarUn abrazo
... siempre lo he dicho: "Antes morir que perder la vida".
ResponderEliminarUn abrazo.
Cada día que pasa encuentro menos cosas por las que merezca la pena morir.... afortunadamente aun queda alguna.
ResponderEliminarVivir es lo importante, aunque haya momentos en que uno pierde la fe en tanta gente que toma deciones que nos atañen ...Pero la fe en uno mismo,en la capacidad de afrontar nuestra vida, esa fe es la que nos salva .
ResponderEliminarHermoso relato y emocionante video.
Le deseo una muy FELIZ NAVIDAD.
Así es. La fe -en lo que sea- mueve montañas. No tiene por qué ser sólo religiosa. Las dudas, la incertidumbre, la indecisión... conducen casi siempre al fracaso.
ResponderEliminarSaludos navideños.
FELIZ Y VENTUROSO 2013 LLENO DE PAZ, AMOR Y ARMONIA para ti y tu familia, Y fe en ti mismo siempre...
ResponderEliminarNo olvides nunca sonreírle a la vida
TQM Jose hasta el año que viene jeje
Felices fiestas Senovilla y familia.
ResponderEliminarUn abrazo
Buenos día amigo Senovilla...
ResponderEliminarOtra vez sera !!!
Paso a desearte lo mejor hoy y SIEMPRE!!
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Felices fiestas para ti y los tuyos con muchos abrazote de corazón
Senovilla,salud, prosperidad y bienestar para ti y para los tuyos. Feliz Navidad y un venturoso año nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo