Vacuna Histórica contra la aburrida Historia

Corría el año 1.796 cuando la epidemia de la viruela era tan virulenta que amenazaba poblaciones enteras y se extendía esta enfermedad como la pólvora sin que nadie encontrara el método para evitarlo.

Bueno nadie no, ya que había un médico llamado Edward Jenner que era muy observador y bastante atrevido, él durante unos años se percató de que las lecheras del pueblo en el que ejercía de vez en cuando por su contacto con las vacas contraían la viruela bovina, hermana menor de la viruela humana.

Estas mujeres nunca las tuvo que atender por padecer la enfermedad de la viruela humana, mientras que en el resto del pueblo uno tras otro iban siendo contagiados.

Le dio muchas vueltas a su observación tan acertada que un día tomo una decisión que hoy está prohibida por Ley, pero en aquellos tiempos no había ley que valiera para descubrir como combatir una enfermedad tan contagiosa y peligrosa.

Una lechera enferma con el virus de la viruela bovina acudió a su cura diaria con Edward y este le sacó el fluido infectado de su mano para inyectárselo a su propio hijo de 5 años que a los pocos días cayó enfermo con la viruela bovina de la que se recuperó con éxito.

Las semanas pasaban y ese joven de 5 años no contraía la enfermedad que acosaba a sus compañeros de juegos, así que el doctor tomó otra decisión poco ética pero que sin duda cambiaría la forma de enfrentarse a las enfermedades.

Inyectó el virus de la viruela humana al muchacho y este no contrajo la enfermedad, su cuerpo había conseguido vencer a la viruela, así que el médico Edward llegó a la sabia conclusión de que la viruela bovina protegía al ser humano de la otra viruela tan dañina.

Ese año nació la vacuna que proviene de la palabra latina vasca o vaca, otros médicos, otros observadores e investigadores consiguieron más vacunas contra las enfermedades más mortales que acechan continuamente al ser humano.

La Iglesia durante muchos años se opuso al uso de la vacuna, pero el pueblo sabio y temeroso de la muerte acudía a los médicos para vacunarse antes de caer enfermos.

Les cuento todo esto porque un buen amigo ha publicado un gran libro de Historia, él se llama Javier Sanz  y tal como aprendió del mejor divulgador que a muchos de nosotros nos introdujo en este mundillo del pasado, nuestro maestro Cebrián, así que ni corto ni perezoso ha creado Javier Sanz una vacuna contra el aburrimiento de esa historia que nos daban en el colegio llena de fechas, batallas estériles de aventura y acontecimientos con nombres aburridos que constantemente teníamos que memorizar para aprobar el curso.

Yo sí que tuve que aprenderme la lista de los Reyes Godos, pero ahora con Historias de la Historia vamos a comprobar página por página que en Nunca me Aprendí la Lista de los Reyes Godos es la mejor vacuna para estudiar la historia de una forma divertida y amena.

Para este libro nuestro amigo Javier se ha rodeado de gente maravillosa que con sus granos de arena han conseguido que muchos de nosotros estemos impacientes por tener esta joya en casa y que todos ustedes podrán adquirir a un precio realmente asequible, pocas veces por tan poco se ha dado tanto y sin duda por 14´90 € es un buen precio y eso es un gran acierto en momentos tan duros de crisis económica.

Desde aquí cuando uno de nuestros amigos cumple un sueño siempre estamos a su lado y hoy el sueño de Javier Sanz se ha cumplido, sólo queda una cosa queridos lectores, compren el libro, disfruten de la historia de una forma diferente y si les ha gustado no duden en convertir esta obra en el mejor regalo de navidad para esos familiares jóvenes que están en época escolar y la historia dicen que se les atraganta por que no les gusta, se llevarán una agradable sorpresa pues la historia puede ser apasionante y divertida si se cuenta con el cariño que ha puesto en esta obra Javier Sanz en la que consigue que cada anécdota y curiosidad sea históricamente recordada.

Mucha suerte amigo.