Catalina siendo viuda tuvo que permanecer en Inglaterra por un tema económico de dotes y bastante política interesada, al final contrajo matrimonio con Enrique VIII que era unos años menor que ella al jurar que su anterior enlace nunca fue consumado.
En busca de un heredero al trono inglés, la suerte no acompaño a Catalina de Aragón y de esta unión sólo quedó nuestra protagonista María Tudor, toda una gran decepción para un Enrique VIII que deseaba con exceso un sucesor varón para su sucesión.
María, nada más nacer, podemos afirmar que fue muy afortunada, se le puso el nombre de María en honor a una bella dama que era conocida como la Rosa Tudor por su gran belleza y elegancia y que además era su tía.
Como os decía nada más nacer, María se convirtió en única heredera al trono de Inglaterra y por ello es dotada de una gran casa con servidumbre incluida, capaz de evitar la peste que acechó a casi todas las ciudades siendo trasladada de ciudad en ciudad para evitar la enfermedad.
Los hijos de reyes eran auténticos instrumentos políticos para un país y el futuro de María se estaba urdiendo en tratados y alianzas políticas que serían afianzados con un enlace pactado.
Así que su primer "novio" conocido fue el Delfín de Francia Francisco I y se firmó el compromiso que nunca se haría realidad pues las circunstancias fueron cambiando con mucha rapidez.
La pubertad de María está encaminada al aprendizaje de "Princesa" como si de un oficio se tratase, recibiendo por ello la educación más exquisita y selecta de la época, no sin la vigilancia atenta de los emisarios franceses pues confiaban aún en ese pacto de matrimonio al desconocer las auténticas intenciones de Enrique VIII que ni por asomo consentiría que los Valois tuvieran el dominio de Inglaterra con esa unión.
María sufre la tristeza que toda niña padece al quedar sin el cariño de sus padres, pues su relación con ellos es tan escasa durante todos estos años tan importantes de su vida y sólo les ve en contadas reuniones, que su verdadera protectora es la Condesa de Salisbury, su aya.
La educación de María es cada vez más extensa, siendo su propia madre Catalina la que se preocupa de que reciba unos modos y finuras muy españoles que sin duda son de los mejores y más avanzados de la época.
Durante estos años el padre de María comienza a odiar a Catalina por la falta de un varón para el trono en su matrimonio y su cama es usada por muchas mujeres, un gran agravio que traerá nefastas consecuencias.
María comienza a estudiar las lenguas más cultas y entra en contacto con la religión gracias al tratado de Vives, convirtiéndose en una mujer muy culta y preparada, pero su padre mientras tanto vio la oportunidad de traicionar su trato con Francia y ofertó matrimonio al más grande de Europa con su hija, hablamos de Carlos V, primo de esta y con una diferencia de edad de 17 años, pero así eran los "negocios" políticos de un mundo en constante movimiento.
Los sueños de María son ahora España y toda su cultura, sus más íntimos sentidos están dedicados a las fantasías con el que le habían pactado matrimonio, Carlos V, se convierte así en su amor platónico e imposible pues aún tendrían que pasar muchas cosas en su larga vida.
Por su parte Carlos V mira sus intereses y traiciona ese trato matrimonial para contraer matrimonio con Isabel de Portugal, pues la dote era más cuantiosa que la de María y le hacía falta con urgencia ese dinero para saldar guerras en su inmenso Imperio.
María es la primera mujer de Inglaterra que recibe el título de Princesa de Gales, otorgado por su propio padre en 1.525, un momento histórico que ella vive con intensidad a la edad de once años, pero amigos, esta alegría le va a durar muy poco, pues dos años después, dejará de ser Princesa.
El tiempo corre muy deprisa pues los reyes están acostumbrados a dejar todo sellado y bien atado en vida, por lo que Enrique VIII compromete de nuevo a su hija con el Duque de Orleáns.
La iglesia católica sufre una gran ruptura en Inglaterra, Enrique desea anular su matrimonio, pero le resulta imposible y no le queda más opción que abrazar el protestantismo como solución a sus problemas y así hacer como vulgarmente se dice, de su capa un sayo.
Ana Bolena entra en la vida de María como esa mujer que destrona a su madre y que hace peligrar su futuro como digna heredera, pero lo más grave son las humillaciones que recibe Catalina y que de no ser por su coraje y valentía hubiera estado perdida.
Catalina es nombrada Princesa de Gales Viuda, un gran invento para apartarla del trono y dejar sin derechos a María Tudor, que se convierte así en una bastarda y sus sueños de princesa se convierten en la más amarga realidad de ser una simple Lady, dejando de ser servida y convirtiéndose en servidora de su hermanastra Isabel, hija de Ana Bolena que quiso dar varón y no pudo.
María se entera que su madre ha fallecido a los cuatro días del suceso y si este trance es doloroso, aún lo es más la festividad que mostró en todo momento su padre, el cual celebro por todo lo alto tal acontecimiento, mientras su primo Carlos V marcó un digno luto en su Imperio por la perdida de Catalina a la que siempre admiró por su dignidad y valentía en momentos tan duros que marcaron y demostraron su gran educación que no debemos olvidar provenía de los Reyes Católicos.
Tiene veinte años María y está sumida en un miedo constante a un atentado contra su vida, es tanto el dolor por como se está desarrollando todo entorno a su padre, que se plantea con seriedad abandonar Inglaterra con ayuda de Carlos V y su hermana María de Austria que gobernaba en aquellos días los Países Bajos.
Ana Bolena por su parte defrauda a Enrique pues no consigue darle un heredero varón y además no contaba con todo el clan familiar que era de armas tomar, así que se inventa un incesto y adulterios varios para conseguir una sentencia de muerte y dar fin con la decapitación de Ana a su matrimonio.
Muy apenado no debía estar Enrique pues a los once días de ver la ejecución de Ana Bolena, este se casa con Jane Seymour una antigua camarera mayor que supo hacer las delicias de un Enrique en la cama.
Son de nuevo momentos duros para María, pero en esta nueva madrastra encuentra un punto de apoyo y comprensión por lo que está pasando y con ayuda del Canciller Thomas Cromwell, María decide pedir perdón a su padre para reconciliarse y le jura obediencia y sometimiento a sus decisiones, pero nunca sin perder un ápice de su condición y forma de entender la religión, por siempre abrazará la católica en honor a su madre y esto hará que ese acercamiento fracase de nuevo y se aleje aún más de su padre que simplemente ve en ella un nido de conspiraciones contra su persona.
Cuando se tiene la soga al cuello y tu vida no vale un pimiento, María firma un documento sin leerlo por recomendación de Chapuys, embajador imperial que en nombre de Carlos V miraba por el futuro de su prima, firma sumisión y obediencia a su padre aún en contra de su religión, pero como era muy inteligente, seguro que cruzó los dedos porque no lo cumpliría como demostrarán los acontecimientos que aún estarán por llegar.
En Inglaterra comienza el barbarismo contra todo lo católico y son saqueados y quemados conventos, monasterios e iglesias, para ser expoliados todos los bienes que poseen por orden real.
María en esa etapa de sumisión forzada a su padre vuelve a estar cerca de la Corte y vuelve a tener un servicio exclusivo para ella, dónde viejas conocidas que sirvieron a su madre desean estar cerca de la hija, aunque son pocas las que lo consiguen, sí lo hace Susan Clarencieux, mujer adorada de pequeña por María y que ya le serviría por siempre hasta el final de su vida.
Enrique convencido de que María le era sumisa y obediente, le obligó a escribir cartas al Papa y a Carlos V para mostrar su sumisión real, pero como les decía antes, esta gran mujer era muy lista y debió cruzar los dedos pues fue el momento de engañar a Enrique y falsear esta sumisión por unas cartas que demostraban a todas luces que su raíz católica iba más lejos que cualquier sometimiento impuesto y así se lo hizo saber al Papa y a su primo.
Enrique no vio esta conspiración pues estaba atento a su nuevo hijo, esta vez sería un varón que llamaría Eduardo, pero que la cigüeña acompañó con unas terribles fiebres que acabaron por enviudarle y dejarle en un estado depresivo y temeroso ante las enfermedades.
La entereza de María es siempre admirada por el pueblo inglés, ella misma se encarga del entierro de su madrastra y además es designada como madrina de su hermanastro.
El tiempo pasa y el pueblo cada vez quiere más a María, pero se le está pasando el arroz y aún no tiene pretendiente que le despegue su soltería, por lo que su padre vuelve a estudiar que es lo que más le conviene hacer con esa hija que aún sigue siendo bastarda.
María en estos años tendrá un montón de pretendientes pactados o ideados por su entorno, pero en todos hay grandes obstáculos insalvables que su padre considera inaceptables.
María vuelve a tener otra madrastra más, esta vez su padre se casa con Ana de Cleves, aunque le dura bien poco pues a los 6 meses se divorcia de nuevo su padre, esta tal Ana no era de su agrado y su compromiso como no podía ser de otra forma era simple estrategia política.
Catalina de Howard pasa a ser una nueva madrastra de María, pero será decapitada al año y medio de matrimonio, así era su padre de cruel con toda mujer que tenía cerca.
Será Catalina Parr la última madrastra de María y con la que establecerá un buena relación por tener convicciones cercanas en la forma de entender la vida y sin duda que sólo se llevan entre ellas cuatro años de diferencia, lo que propicia una buena amistad.
Enrique ve cercano el final de su vida y como ya tiene su sueño cumplido de un heredero, decide hacer testamento y devolver sus derechos a las bastardas Isabel y nuestra protagonista de hoy María.
Muere así Enrique VIII convencido de que Inglaterra tendrá un rey, Eduardo, personaje débil y manipulado que hará de la vida de María un nuevo tormento pues la persecución y defensa del catolicismo le llevará a momentos dramáticos.
La vida de María corre en estos momentos mucho peligro y su primo Carlos V que siempre veló por ella, idea un plan de escape para sacar a María de Inglaterra, pero ésta en el último momento decide no huir y plantar pecho en defensa de la religión y los daños que se estaban haciendo en su pueblo.
Los pecados de Eduardo VI que son muchos para un jovencito de quince años, vienen acompañados de la varicela, sarampión y tuberculosis, pero aún le quedan fuerzas porque un año después vuelve a reformar el legado de su padre y María es apartada nuevamente de la línea sucesora a la corona, muere dejando el trono a Jane Grey una Reina que no se merecía Inglaterra y mucho menos ella, pues era parte de un complot para ostentar el poder por parte de los Dudley.
María en estos momentos demuestra que es una mujer de armas tomar y está dispuesta a defender y conseguir lo que por derecho y sangre le corresponde, logra reunir un ejercito de más de veinte mil hombres que ciudad por ciudad van consiguiendo el apoyo del pueblo y llegará victoriosa al trono el día 19 de Julio de 1.533 que es cuando es nombrada Reina de Inglaterra.
El deber de María es ahora el de reponer ese equilibrio espiritual que tanto necesitaba su pueblo y que acabará consiguiendo, pero es una mujer que necesita matrimonio y es consciente de que esa es su nueva meta.
Su marido será Felipe II , su sobrino, pues es hijo de su amor platónico Carlos V y nos dejará una parte de la historia tan importante que otro día se la contaré como siempre a mi manera, así que estén pendientes de la continuación de este post y no cambien de canal ;-))