Nos tenemos que remontar a los tiempos entre el año 1.635 y 1.645 ya que el día exacto de su muerte es aún desconocido, así como la forma en la que murió pues unos dicen que acabó de arriero en las Américas y otros víctima de una de sus acostumbradas peleas callejeras, el caso amigos es que no dejó huella de sus restos pero sí una historia que es digna hoy de recordar ya que puede ser la verdadera historia del primer transexual de la historia.
Nació en el seno de una familia hidalga pero pobre en San Sebastián y le pusieron de nombre Catalina, Catalina de Erauso, sería una niña que nunca se podría casar por carecer de dote que aportar, es por lo que su padre a la edad de cinco años la ingresó en un convento como se hacía frecuentemente en aquella época.
Pasó allí encerrada con las monjas diez años, cumplidos los 15 tomó la decisión de escapar y huir de aquellos muros que le ocultaban el mundo real, para hacerlo tuvo que disfrazarse de hombre y así esquivar a los que seguramente no entenderían su rebeldía.
Fue en esa ocasión que se dio cuenta que no quedaba nada mal transformada en un varón siendo ella una mujer de armas tomar.
En su huída llegó a la capital de Vitoria y allí consiguió empleo ya que conservó su atuendo de chico joven pasando a prestar servicio con un señor llamado Francisco de Cárdenas que casualmente y sin ella saberlo era amigo del Señor Erauso, casualmente el hombre que era su padre y la puso en cautiverio con las monjas en aquel convento.
Poco duró aquel trabajo, los riesgos eran muchos y tomó de nuevo la decisión de continuar su huída en busca de un lugar mejor llegando a tierras castellanas, precisamente a Valladolid, pero tuvo que seguir camino y atravesando la península cayó en Sevilla, lugar que eligió para ser soldado ya que el traje de varón le sentaba estupendo en su cuerpo de mujer.
En Sevilla de soldado poco se podía hacer, así que decidió de nuevo tomar una decisión importante en su vida, primero cambió su nombre y se hizo llamar Alonso Díaz y Ramirez de Guzmán para no ser nunca más identificada con la familia Erauso, después se embarcó a la aventura de las Américas, allí esperaba obtener esa libertad total que tanto ansiaba.
El azar o más bien un temporal hizo que su barco se hundiera cerca de la costa, pero ella sobrevivió con la suerte de llegar a la playa con un cofre de madera en el que iban los sueldos de la tropa, así que nunca se le pondría tan a pelo ser feliz en las Américas.
El tiempo pasaba y el dinero se acababa por ello que en la ciudad de Paipa comenzó a trabajar con un tendero para llevar la contabilidad, ella seguía transformada en hombre con su vestir y en su hacer también ya que comenzó a ser famoso por sus riñas, en esta que les cuento ahora hirió de gravedad a un cliente del tendero y fue puesta preso.
Pero tuvo suerte ya que durante su estancia en Paipa una chica se había enamorado de este chico que era por dentro chica y por fuera chico, vaya lío más transexual pero real amigos, esta chica como les digo ayudó a escapar a nuestra protagonista.
El infortunio ahora que estaba libre volvería ya que nuevamente se convirtió en soldado y lo hizo nada menos que a las órdenes de un tal Miguel de Erauso que por casualidad no, más bien adrede, era su propio hermano, pero este a esta joven vestida de joven no la reconoció.
En una revuelta de las muchas que los españoles teníamos en las Américas el que portaba la bandera cayó muerto por flecha y como ostentaba el rango de Alférez nuestra protagonista Catalina que ya recuerdan ustedes era Alonso portó la bandera hasta el final de la batalla y por ello su hermano la nombró Alférez como recompensa.
Batallas y riñas, riñas y batallas todas con cuerpo de mujer en traje de hombre, así transcurrían sus días hasta que en una de estas riñas fue de nuevo herida y se refugió en un convento de frailes del que tuvo que huir ya que casi descubren su sexo verdadero, pero en esta huída a la que ya estaba acostumbrada la suerte de nuevo le acompañaba ya que esta vez una mujer bien guapa y dotada la cobijó en su lar, era Juana de Valcárcel.
Pero el amor transexual apareció de nuevo y ante la inminente insistencia de la madre de Juana por que se casara con su hija tuvo de nuevo que escapar pero en esta ocasión fue la justicia la que le pilló y ajusticiada se le condenó a pena de muerte por su pasada agresión.
Dispuesto ese hombre con cuerpo de mujer a ser colgado de la soga en forma cruel la suerte llegó nuevamente ya que el presidente del acontecimiento justiciero escucho las súplicas de Juana y su madre la viuda de Valcárcel por lo que regresó con ellas a aquel hogar dónde el amor era confuso entre hombre y mujer que tenían un mismo sexo.
Necesitó de nuevo escapar, la situación no era normal, ella o él ustedes juzgarán no se podía permitir el lujo de casarse ante la nueva insistencia de los Valcárcel, así que en esta huída llegó a La Paz dónde sus aventuras aún no acabarían.
Allí hizo buenas migas con la esposa del corregidor que le solicitó ayuda para huir de este ya que era un celoso y le castigaba a golpes por ello, con ella a pesar de la persecución llegó a la ciudad de Cuzco pero esta vez estaba con heridas de gravedad por lo que a duras penas pudo llegar a pedir favor de auxilio ante el Obispo de la cuidad.
Evidentemente la ayuda se le dio pero en la desnudez de su sanación el Obispo descubrió que no era un varón más bien era una bella y estupenda formada mujer a la una vez curada le hizo contar su vida y sus desventuras para acabar travestido en un varón.
Ella cantó y narró sin ocultar detalles desde su nacimiento hasta la herida por la que había sido acogida, así que con estas llegó al corazón del Obispo y tomó la decisión de que su deber como soldado y alférez era de volver a España ante el Rey con una misiva que el le daría.
Nuestro rey en aquellos años era Felipe IV y ante aquella mujer que era Alférez en su reino leyó y releyó el informe de aquel Obispo y le conmovió el corazón hasta el punto de decir que España necesitaba muchos soldados heroicos como este Alférez a pesar de ser mujer.
Catalina quería volver a ser hombre y llamarse Alonso Díaz de Ramirez y Guzmán por lo que solicitó a Felipe IV que le permitiera tal transformación, pero nuestro rey no podía tomar esa decisión así que lo mejor era trasladar esta extraña situación al Papa que era el único que podría decidir sobre la moralidad de tal deseo.
En Roma se presentó nuestra Catalina con ropas de mujer y bien vestida, fue recibida en audiencia por Urbano VIII en la que escuchó nuevamente toda su historia ya que Felipe IV así se lo había solicitado.
El Papa accedió pero con una condición que nada de nombre inventado a partir de esos momentos sería Antonio de Erauso si este era su deseo ya que perder la condición de mujer era una cosa pero renegar de su apellido era otra totalmente distinta.
Volvió de nuevo a las Américas sirviendo como Alférez del reino y así consta oficialmente en el Archivo de Indias dónde se conserva el Memorial de los méritos y servicios del Alférez Erauso.
Les contaba al principio que nadie sabe como murió ni dónde su cuerpo fue enterrado pero conservamos una historia que muchos consideran real y bibliográfica en un libro llamado La Historia de la Monja Alférez publicada en 1.829 que para muchos es una obra llena de historia.
Así que espero que les haya gustado conocer al primer transexual de la historia que era además español.
El tiempo pasaba y el dinero se acababa por ello que en la ciudad de Paipa comenzó a trabajar con un tendero para llevar la contabilidad, ella seguía transformada en hombre con su vestir y en su hacer también ya que comenzó a ser famoso por sus riñas, en esta que les cuento ahora hirió de gravedad a un cliente del tendero y fue puesta preso.
Pero tuvo suerte ya que durante su estancia en Paipa una chica se había enamorado de este chico que era por dentro chica y por fuera chico, vaya lío más transexual pero real amigos, esta chica como les digo ayudó a escapar a nuestra protagonista.
El infortunio ahora que estaba libre volvería ya que nuevamente se convirtió en soldado y lo hizo nada menos que a las órdenes de un tal Miguel de Erauso que por casualidad no, más bien adrede, era su propio hermano, pero este a esta joven vestida de joven no la reconoció.
En una revuelta de las muchas que los españoles teníamos en las Américas el que portaba la bandera cayó muerto por flecha y como ostentaba el rango de Alférez nuestra protagonista Catalina que ya recuerdan ustedes era Alonso portó la bandera hasta el final de la batalla y por ello su hermano la nombró Alférez como recompensa.
Batallas y riñas, riñas y batallas todas con cuerpo de mujer en traje de hombre, así transcurrían sus días hasta que en una de estas riñas fue de nuevo herida y se refugió en un convento de frailes del que tuvo que huir ya que casi descubren su sexo verdadero, pero en esta huída a la que ya estaba acostumbrada la suerte de nuevo le acompañaba ya que esta vez una mujer bien guapa y dotada la cobijó en su lar, era Juana de Valcárcel.
Pero el amor transexual apareció de nuevo y ante la inminente insistencia de la madre de Juana por que se casara con su hija tuvo de nuevo que escapar pero en esta ocasión fue la justicia la que le pilló y ajusticiada se le condenó a pena de muerte por su pasada agresión.
Dispuesto ese hombre con cuerpo de mujer a ser colgado de la soga en forma cruel la suerte llegó nuevamente ya que el presidente del acontecimiento justiciero escucho las súplicas de Juana y su madre la viuda de Valcárcel por lo que regresó con ellas a aquel hogar dónde el amor era confuso entre hombre y mujer que tenían un mismo sexo.
Necesitó de nuevo escapar, la situación no era normal, ella o él ustedes juzgarán no se podía permitir el lujo de casarse ante la nueva insistencia de los Valcárcel, así que en esta huída llegó a La Paz dónde sus aventuras aún no acabarían.
Allí hizo buenas migas con la esposa del corregidor que le solicitó ayuda para huir de este ya que era un celoso y le castigaba a golpes por ello, con ella a pesar de la persecución llegó a la ciudad de Cuzco pero esta vez estaba con heridas de gravedad por lo que a duras penas pudo llegar a pedir favor de auxilio ante el Obispo de la cuidad.
Evidentemente la ayuda se le dio pero en la desnudez de su sanación el Obispo descubrió que no era un varón más bien era una bella y estupenda formada mujer a la una vez curada le hizo contar su vida y sus desventuras para acabar travestido en un varón.
Ella cantó y narró sin ocultar detalles desde su nacimiento hasta la herida por la que había sido acogida, así que con estas llegó al corazón del Obispo y tomó la decisión de que su deber como soldado y alférez era de volver a España ante el Rey con una misiva que el le daría.
Nuestro rey en aquellos años era Felipe IV y ante aquella mujer que era Alférez en su reino leyó y releyó el informe de aquel Obispo y le conmovió el corazón hasta el punto de decir que España necesitaba muchos soldados heroicos como este Alférez a pesar de ser mujer.
Catalina quería volver a ser hombre y llamarse Alonso Díaz de Ramirez y Guzmán por lo que solicitó a Felipe IV que le permitiera tal transformación, pero nuestro rey no podía tomar esa decisión así que lo mejor era trasladar esta extraña situación al Papa que era el único que podría decidir sobre la moralidad de tal deseo.
En Roma se presentó nuestra Catalina con ropas de mujer y bien vestida, fue recibida en audiencia por Urbano VIII en la que escuchó nuevamente toda su historia ya que Felipe IV así se lo había solicitado.
El Papa accedió pero con una condición que nada de nombre inventado a partir de esos momentos sería Antonio de Erauso si este era su deseo ya que perder la condición de mujer era una cosa pero renegar de su apellido era otra totalmente distinta.
Volvió de nuevo a las Américas sirviendo como Alférez del reino y así consta oficialmente en el Archivo de Indias dónde se conserva el Memorial de los méritos y servicios del Alférez Erauso.
Les contaba al principio que nadie sabe como murió ni dónde su cuerpo fue enterrado pero conservamos una historia que muchos consideran real y bibliográfica en un libro llamado La Historia de la Monja Alférez publicada en 1.829 que para muchos es una obra llena de historia.
Así que espero que les haya gustado conocer al primer transexual de la historia que era además español.
Bonita historia.
ResponderEliminarGracias, un abrazo
ResponderEliminarEstresante vida la de la susodicha... por aquí y por lo que se ve, seguimos casi igual, estamos rodeados ya no por transexuales, sino de hijos de p... que en vez de soldado, se visten de ministro.
ResponderEliminarGracias por esta historia tan interesante, como siempre ;)
Un abrazo Jose.
Amigo Tapicero muchas gracias.
ResponderEliminarUn abrazo
Esta historia me recuerda en buena medida a Catalina Solís, protagonista del libro «Tierra firme» de Matilde Asensi.
ResponderEliminarUn saludo.
http://www.historianecdotas.comoj.com/emperador-heliogabalo-%E2%80%93-el-primer-transexual-de-la-historia/
ResponderEliminarA saber que leen grandes autores de novelas como Matilde Asensi por ello que triunfan con sus libros.
ResponderEliminarUn abrazo Dayer.
Anónimo sin aportes a tu enlace en un comentario poco te puedo decir, simplemente que entre homosexual y transexual hay y existen grandes diferencias.
ResponderEliminarPor tanto me quedo que el primero fue nuestra monja Alférez.
Más que transexual yo diría que es un travestido o un transformista, dado que para lo primero hay que hormonarse e incluso operarse. Lo que está claro es que era un varón atrapado en un cuerpo de mujer. Una faena de la madre naturaleza.
ResponderEliminarUn saludo.
Un abrazo amigo Cayetano
ResponderEliminarImpresionante Historia!!!
ResponderEliminarChema, contada con algo de gracia.
ResponderEliminarUn abrazo
Realmente el ser humano es en extremo complicado; imposible encajarlo en unas cuantas y vagas clasificaciones.
ResponderEliminarEl primer transexual sí fue español, pero no fue este, sino la VALENCIANA MARGARIDA BORRÀS EN EL SIGLO XV(en aquella época no se podían hormonar ni operar, tan solo vestir y sentir): http://epoca1.valenciaplaza.com/ver/131986/margarida-borras-ejecutado-transexual.html
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